2.- "Te entiendo..." (Aroma)

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"Te entiendo..."

(Aroma)


Cuando la tarde empezó a desangrarse hacia la noche, las labores del club habían cesado por un día más.

Mientras se agrupaban para terminar de escuchar las últimas diligencias de la clase, Legosi sentía como los aromas se mezclaban al igual que un denso perfume. El salón donde se reunían no podía compararse en tamaño ni en magnificencia al teatro de la academia, por lo que ahí dentro, era más sencillo identificar el olor característico de cada uno de sus compañeros.

Sabía que no todos los animales percibían ese cambió. Era de esperarse que el débil olfato de los Omegas herbívoros no captarán del todo los leves ápices de feromonas de sus acompañantes, pero los lobos destacaban por sus grandes sentidos al igual que casi todos los carnívoros. Así que fue un alivio para él cuando finalmente todos los alumnos comenzaban a marcharse

Entre esa nebulosa sensación, el aroma de Louis serpenteó como un velo en el aire. No era tan fuerte y notorio como el de los Omegas que charlaban amenos, ni tan dulce y seductor. Pero ahí estaba, imposible de ignorarse.

Mientras sus compañeros Alfas merodeaban a los coquetos Omegas, Legosi avanzó con dolorosa torpeza entre ellos, buscando al ciervo. No sabía por qué, ni para qué, pero la impulsiva convicción de encontrarlo pudo más que las razones.

No tardó más de unos segundos para estar frente al ciervo, y entonces algo extraño se produjo. Ninguno de los dos dijo nada, pues se estudiaban como si fuera la primera vez que se veían. El grácil cuerpo de Louis abandonó su común postura erguida y severa, y por un momento pareció contraerse intranquilo. Ahora, el aroma a pino que había olfateado tantas veces parecía marearlo.

El rumor de las palabras de sus compañeros parecía alejarse, mientras una insistente vibración incomodaba en sus oídos. El aliento se escapó de su boca, entrecortado, casi asustado. Porque cuando sus ojos se encontraron supo que Louis pensaba lo mismo que él. Habían cruzado un mensaje inconfundible.

«—Te entiendo —parecía decirle—, sé exactamente lo que sientes. Soy como tú. Es tu aroma lo que me atrajo. El aroma de otro Alfa».

Las últimas flores del año (Omegacember)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora