Las últimas flores del año (Omegacember)

15.- Culpas (Collar de protección)

Nota:

- Continuación del cap. 14 (*'ω｀*)

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15

Culpas

(Collar de protección)

Aquella insufrible culpa lo mantenía despierto por las noches. Su sabor denso y repugnante no lo dejaba en paz. Nunca fue de sentir remordimientos, no podría vivir si así lo hiciera, pero cuando se trataba de Legosi, siempre había algo nuevo.

Sólo podía pensar en su rostro, ocultó tras un asfixiante bozal, los gruñidos amortiguados bajo el cuero. Le pidió que lo usará. "Por él", le había dicho. Se había aprovechado de su bondad.

Y la culpa que sentía no era más que el resultado de sus impulsos egoístas. Obligó a su pareja a usar ese bozal por temor a perder su posición de Alfa, y nada más. Fue como un intento desesperado de supervivencia. No sabía que había para un Alfa mordido por otro, y no estaba seguro de querer averiguarlo.

Amaba a Legosi, de verdad lo hacía, ¿Era necesaria una marca para demostrarlo? ¿La sociedad medía los sentimientos solo en base a ello?

Estaba de acuerdo con el uso del bozal, el mismo podría usar uno, tan propenso a morder como lo era Legosi. Claro, se defendía con el argumento de que sus dientes no eran afilados colmillos. Presumía de su gran fuerza de voluntad, siempre dispuesto a romper almohadas cuando llegaba al clímax, pero algún día eso dejaría de ser suficiente.

Pero...

¿Él usando un bozal? Legosi lo aceptó, pero lo hizo porque incluso siendo Alfa era de naturaleza dócil la mayor parte del tiempo.

Entonces, en una mano tenía la culpa de obligar al lobo a amarrar su hocico durante el sexo, en otra la ferviente decisión de que él jamás usaría un bozal. ¿Qué solución le quedaba, entonces?

Le quedaba esa. La que tenía frente a él.

Era uno de esos collares de protección que tanto usaban los Omegas. De un color desagradable, y una textura aún peor, suponían evitar la famosa marca. No sabía que porcentaje de efectividad tenían, pero imaginaba que no sería muy alto.

Tomó uno, y el irritante crujir del plástico protector le erizó su pelaje. Los colmillos de un gran carnívoro como Legosi destruirían fácilmente semejante collarín, pero aun así lo llevó a la caja.

Estaba a punto de pagar cuando miró pensativo la etiqueta. Decía ser para Omegas herbívoros. Él era un herbívoro, así que parecía ser el correcto. Luego meditó con mayor cuidado.

Necesitaría uno para carnívoros. Esos estaban perfectamente diseñados para Omegas cuyos Alfas tenían grandes fauces asesinas.

Cuando por fin pagó, la cajera le miró de una manera extraña. Era una mueca burlona, cruel, rancia. Le era imposible adivinar en qué pensaba la chica, pero de algo estaba lo bastante seguro, sí que abundaban los entrometidos en esa ciudad.

Salió de la tienda con aquella cosa dentro de una bolsa. Ahora debía llegar al departamento, saludar a Legosi, besarlo hasta que las cosas subieran de nivel, y finalmente decirle que ya no debía usar bozal, pues él se pondría un collar de protección. Al rededor de su cuello.

De su cuello.

Sintió un escalofrío. Ya lo odiaba, sin haberlo usado.

Pero era lo correcto.

«¿Lo es? —preguntó la voz en su cabeza.»

Correcto, incorrecto, no eran las palabras que buscaba. Necesario, esa se acercaba lo suficiente.

Era necesario.

«Necesario, ¿para qué? —nuevamente la voz—. Si tanto miedo le tengo al maldito vínculo, entonces ambos podríamos usar bozales y collarines simultáneamente.»

Sintió ganas de vomitar ante tal imagen.

Se estaba volviendo loco. Todos esos pensamientos agolpados en su cabeza como sangre.

¿Por qué siempre era él el que tenía que sobre pensar todo? Legosi parecía bastante tranquilo con respecto a todo. Si, fue algo receloso con el bozal al principio, pero no tardó en acostumbrarse a usarlo. Podía asegurar que lo había convertido en un fetiche nuevo. En cambio, él se quedaba las noches en vela pensando en su maldad.

Pensando en usar un maldito collar de protección, como un Omega.

Se detuvo a fumar. Luego, retomó la marcha, cruzó la calle, y tiró el collar en el cubo de basura de la siguiente esquina. Ya encontraría otra manera de aliviar sus culpas.