Las últimas flores del año (Omegacember)

13.- La cinta de Luzbel (Gargantilla)

13

La cinta de Luzbel

(Gargantilla)

Un viento barrió el atardecer y susurró entre los árboles, el día estaba llegando a su crepúsculo. Legosi se hallaba sentado en una banca cercana al edificio del club, esperando. Una reunión con los alumnos actores demoraba a Louis, quien había accedido a acompañarlo a tomar algo en la cafetería.

A su alrededor, el mundo era silencio. Los demás miembros se habían retirado a sus dormitorios hacía rato. El olor de los árboles era su único compañero, pero este se vio perturbado por un aroma dulzón y perfumado. Era tan intenso, y se acercaba. Lo reconoció de inmediato, pero no por eso se sintió más tranquilo. Oyó el suave crujir de las hojas y el pasto detrás suyo, y se volteó por instinto.

Vio como el animal que lo acechaba se sobresaltaba por el repentino acto, y de inmediato se ahogó en sus enormes ojos azules, tan bellos y egocéntricos. Pina se echó a reír una vez pasada la conmoción, y su sonrisa logró iluminar aún más su belleza física.

—Vaya, nunca logro tomarte por sorpresa —dijo—. Olvido que eres un lobo.

—Pina.

—Legosi.

Sin avisó, el carnero se sentó al lado suyo en la banca, como si él fuera la cita esperada. Legosi separó un espacio entre ellos. No le desagradaba, pero su aroma lograba marearlo. Fresas. Nada más se le venía a la mente. El Omega con olor a fresas. Era perfecto hasta en ese aspecto.

—¿Qué haces aquí tan sólo? ¿Tú manada te abandonó? —preguntó, desapareciendo ese pequeño espacio que el lobo había impuesto.

—Yo... espero a alguien. ¿Qué haces tú aquí? Deberías estar en la reunión.

—¿Para qué? Siempre discuten lo mismo. Tengo mejores formas de pasar la tarde que escuchar como alaban a nuestro actor estrella —respondió, con una pizca de cinismo divertido.

Legosi lo miraba mientras hablaba y no pasó desapercibida la fugaz mueca despectiva que formaron sus labios.

Pina también era la clase actor que destacaba de los demás, con una belleza casi divina. Sabía que desde que entró en el club, se había enfrascado en una rivalidad con Louis para ocupar el lugar de actor principal. Y aunque los demás le aseguraban que lo sería en cuanto el ciervo se graduara, la ambición del carnero tenía otros planes.

Mientras el chico de primer curso siguió hablando sin interrumpirse, una cinta alrededor de su cuello llamó la atención del lobo. Entre su pelaje rizado la diminuta piedra resaltaba. Pina lo notó, y volvió a sonreír.

—¿Te gusta? —le preguntó—. Hace resaltar mis ojos.

La gargantilla estaba hecha de un encaje negro, maravillosamente intrincado, y a la vez parejo y preciso. En medio de este colgaba un dije con forma de gema azulada. La función de esos collares radicaba en resaltar el cuello de los usuarios, y vaya si cumplían su función. A pesar de que Legosi ya estaba acostumbrado a las excentricidades de su compañero, no pudo apartar la vista de aquel accesorio.

—No me mires así, no es la primera vez que un Omega usa una gargantilla.

—Lo sé, yo no-

—Y son bastantes útiles para atraer a Alfas herbívoros, aunque la verdad es que prefiero a los Betas