19.- El ciervo y el lobo (Colmillos)

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~Hola~

No saben cuantas ganas tenía de volver a este proyecto! Diciembre 2021 ya fue hace muchos, muchos, muuuchos ayeres, pero pss... ┐('~';)┌

De verdad, les debo una gran graaaan disculpa. Fue un hiatus horrible!

En realidad quería publicar este capítulo junto con otros dos oneshots en los que estoy trabajando, ¡Pero simplemente no tienen fin! Y sentía que mis cuentas ya estaban muy abandonadas. Al final me ganaron las ansias de subirlo, pero sigo avanzando de poco en poco en los otros proyectos. No puedo decir exactamente cuándo volveré a publicar pero espero que sea muy, muy pronto!

Pero bueno, las excusas sobran. Muchas gracias por leer este reto y por todo el amor (*'ω`*), y muchísimas gracias si estás leyendo esta actualización!

Advertencia: NSFW (Top Legosi, Bottom Louis)

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aaa no soy buena escribiendo +18, me disculpo!

Ah, y disculpen si hay muchos errores ortográficos, se acabó mi licencia de word, que es el que mas me ayuda a la hora de corregir, y en su lugar usé drive xd

Los estaré corrigiendo en estos días.

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19

El ciervo y el lobo

(Colmillos)


Louis jadeó con fuerza para reprimir el grito que estuvo a punto de salir de él, y su cuerpo lo resintió al instante. Se removió incómodo, frustrado por la abrupta interrupción. Sabía que habría sido liberador, satisfactorio en todos los sentidos, tal vez, pero temía no ser capaz de detenerse. Llenar la habitación con el clamor de su lubricidad no era una de sus actividades predilectas a la hora de intimidar.

La oscuridad reinaba en la alcoba que compartía con su pareja, salvó por la escasa luz lunar que se filtraba entre el grueso cortinaje, creando un mundo negro con sombras de formas siniestras. Era una noche larga y helada, pero Louis apenas si podía percibir las caricias del frío pues el fuerte olor a rocío se mezclaba con su propio aroma, creando el familiar perfume que calmaba los pesares y le calentaba el corazón.

Era en esos momentos, cuando se convertían en un solo animal, un solo ser vivo, que todo dejaba de importarle. El pasado quedaba atrás, y el futuro se veía tan lejano como para preocuparse.

Estaba en casa, y sus temores desaparecían bajo besos y caricias.

Podía sentir como Legosi se movía en su interior, penetrando enérgicamente. Su miembro parecía quemarle por dentro y aunque era un dolor dulce, no terminaba de comprender si le agradaba esa nueva sensación o no. Todavía se estaba decidiendo, cuando de repente sintió una corriente eléctrica en todo su cuerpo. En esa ocasión, no pudo contenerse, y soltó un gemido que oscilaba entre el dolor y la lujuria. Su pareja le respondió con un gruñido, parecía gustoso por ser el causante de dichos sonidos.

Carnívoros, pensó con cierto desdén una vez pasada la ola de placer que lo estremeció por completo, siempre siguiendo impulsos carnales en lugar de buscar el arte en el amor. Parecía que su amado Alfa no aprendía nada del erotismo con el que el ciervo lo trataba las noches que decidía tomar el rol activo.

Sobre él, el ardiente cuerpo del lobo lo apresaba contra la cama, como si temiese que fuera a escapar de sus garras. Louis no podía hacer más que aferrarse a su espalda, sintiendo las suaves y largas hebras de pelaje gris entre sus dedos. Durante un momento, el ritmo de las estocadas aminoró hasta volverse lentas y suaves, lo que dio rienda suelta a los jadeos agitados de ambos.

Las últimas flores del año (Omegacember)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora