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Las rupturas son duras, son un recordatorio de que el desamor tiene un precio alto. La incertidumbre y el miedo son los sentimientos que suelen remplazar al amor. Nahoya no estaba enfrentando la ruptura como quisiera, los primeros tres días fueron de llanto e impotencia. Con el pasar de los días se transformó en depresión.

Souya hizo esfuerzos descomunales por ayudarlo a reponerse. Era algo nuevo, después de todo era la primera vez que Nahoya enfrentaba una ruptura y no sabía qué debía hacer. Souya estaba preocupado, pero presentía que Ran estaba pasando lo mismo. Souya no recibió llamadas o mensajes de su novio por el resto de la semana. Hasta donde Rindou le había avisado estaba tratando de ayudar a su hermano, ninguno quería tocar el tema de la ruptura de sus mayores.

—Sou...crees...crees que si insisto con Ran...

—Naho...dijimos que ya no hablaríamos de eso, come...

Nahoya estaba totalmente desanimado y sin ganas de nada, apenas y había tocado su comida. Había escuchado muchas veces sobre las rupturas, creía que era patético desarmarse por alejarse de una persona, pero ahora que lo estaba enfrentando, todo era diferente.

La casa de los Haitani pasaba la situación de una forma similar, salvo un par de grandes diferencias. 

La noche en que Nahoya y Ran rompieron fue el inicio del cambio de Ran. Rindou esperó a su hermano en casa, no le respondía los mensajes ni las llamadas. La llegada de Ran a su hogar por fin le dio alivio y miedo. Ran no dijo nada más que "rompimos".

Rindou lo comprendió y solo atinó a abrazar a su hermano, lo extraño del asunto es que Ran se mantenía en silencio, no soltó ni una sola lágrima. Después de esa escena Ran se dirigió al cuarto que compartían, tomó una gran bolsa negra de basura y empezó a recoger las fotografías y recuerdos que había compartido con Nahoya. Todo estaba allí, solo faltaba el álbum que había hecho y el anillo que compartían. Ran con todo el dolor de su corazón tomó ambas cosas y las tiró dentro de la bolsa. Rindou miró atónito la escena, conocía a Ran, sus anteriores novias y novios nunca habían sido un problema, de hecho, Ran se alegraba cada que rompía con alguien, algo que adoraba era la soltería y la libertad, pero esta vez las cosas se tornaron oscuras.

—Ran...que harás con esa bolsa...

—no lo sé... —Ran por fin habló

—¿Quieres que yo me deshaga de ellas?

—no...no puedo...las llevaré al desván...Rin...todavía lo amo... ¿qué debo de hacer?... ¿debería de odiarlo?

Ran sonrió con tristeza. Y dejó la bolsa en el piso de su cuarto. Ran estaba desconcertado y adolorido, así que atinó a sentarse en el borde de su cama. Rindou se sentó a su lado, no sabía que hacer o decir en estas situaciones.

—¿qué quieres hacer ahora?

—quiero irme de aquí...por un rato...

—Ran...

—mañana iré a la cabaña, estar solo me ayudará...

—te acompañaré

—no Rindou...quiero estar solo...ni siquiera se te ocurra insistir...no lo repetiré dos veces...

—bien...

Esa noche Ran no pudo dormir, no dejaba de pensar en Nahoya y en sus últimas palabras antes de separarse ¿quererlo? Nahoya no lo quería, era consciente de ello, pero no sabía que el corazón de pelinaranja era de alguien más. Ran cayó en cuenta en que había sido solo un tonto al insistir con estar con Nahoya sin haberse percatado de lo que sentía por él. Estaba con el corazón hecho pedazos y no sabía como enfrentarlo. Lo peor de todo es que era incapaz de llorar o de reaccionar. 

Renacer [Ran x Smiley]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora