Renacer [Ran x Smiley]

VIII

Las relaciones suelen construirse en base a confianza y cariño. Lo divertido y emocionante en una relación era conocer algo que el resto no desconocía. Ran deseaba eso más que nada, pero su relación decayó precipitadamente. Estaba esforzándose por construir una relación con Nahoya, pero este últimamente lo evitaba. Invitarlo a citas, ya no servía, solo salían cuando Nahoya quería. Visitar el hogar de los Kawata ya no era opción, Nahoya tampoco dejaba que Ran fuese seguido, mucho menos tenían intimidad, Nahoya evitaba el contacto excesivo. Ran trataba de crear buenos recuerdos junto a él, pero parecía ser el único que se esforzaba por mantener su relación a flote.

Ran se empezó a dar cuenta de que Nahoya no solo lo evitaba, sino que lo ilusionaba. Nahoya empezó a dar falsas excusas y a plantarlo. La situación ya era insoportable, por lo que trato de entablar una conversación con su novio. Ran llamó a Souya y le preguntó si su hermano estaba en casa, Souya le confirmó que estaba solo en casa. Ran se encaminó al hogar de los Kawata, sabía que avisar a Nahoya ya no era una opción.

Ran se dispuso a llamar a la puerta de la casa, no pasó más de unos segundos y Nahoya estaba en la puerta. Su sonrisa se tensó por un momento, pero luego volvió a ser la misma.

—Ran...amor ¿qué haces aquí?

—vine a verte

—¿por qué no me avisaste?

—eres mi novio, puedo pasar de vez en cuando sin avisar ¿no?

—bueno sí...

Nahoya se acercó a él y empezó a acariciar sus mejillas. No pasó más tiempo y ambos decidieron darse un beso. Ran se sentía extraño, estaba enamorado de Nahoya, pero sentía que algo no estaba bien con ellos. Ambos se adentraron al hogar de los Kawata sin romper su beso. Nahoya empezó a deslizar sus manos bajo la camiseta de Ran y empezó a acariciar su abdomen, pero de pronto fue alejado por Ran.

—Oye ¿y eso? —Nahoya estaba confundido

—bonito, vine a verte, pero tengo algo que tratar contigo, depende a eso...podríamos ir a tu cuarto a divertirnos ¿está bien?

Nahoya se puso incómodo, pero asintió suavemente.

—de todos modos...vamos a mi cuarto, ¿quieres algo de beber o comer?

—no, estoy bien, solo quiero estar contigo, amor...

Nahoya sintió cosquillas en el estómago cuando Ran empezó a dejar besos en su cuello. Ran por un momento creyó que había recuperado a su novio.

Ambos estaban sentados en el borde de la cama de Nahoya, no dejaban de darse besos suaves, hasta que Ran los detuvo con una sonrisa suave

—¿Por qué eres así, amor?

—¿Así? ¿De qué hablas?

—de eso precisamente quería hablar...

Ran se reincorporó y trato de hablar tranquilamente, ya en su mente había practicado que decirle a Nahoya.

—No has dejado de evitarme estos días...me pone triste que hagas eso...no vienes cuando te cito...hace días me dejaste esperándote...se supone que te amo...pero tienes que saber que la situación está empezando a molestarme. Me dijiste que no te pasaba nada, pero lo que creo es...creo que no confías en mí...así que dime que sucede...

Nahoya estaba con un nudo en la garganta. Era claro que había dejado a Ran de lado, y había una sola explicación: Muto. El rubio estaba tan empeñado en recuperar su amistad, que empezó a citarlo y a salir más. Nahoya no era capaz de negarse, por ello empezó a tener vergüenza de ver a Ran. Era difícil y extraño, le gustaba Ran, pero sus conversaciones y salidas con Muto estaban haciéndolo dudar más que nunca.