El cielo y la forma de las nubes premeditaba un día cálido y de ráfagas de viento suaves. El día apenas empezaba y parecía un momento eterno al visualizarla desde las ventanas del hogar de Ran y Nahoya. Cinco años habían pasado desde que volvieron a reconocerse como pareja y las cicatrices ya no eran tan perceptibles a la vista. Era la segunda semana de mayo y la vida no podía ser más tranquila.
La pareja había aprovechado en ir a su segundo hogar en Hokkaido. Era su aniversario y debían pasarlo uno al lado del otro. Al parecer estar siempre juntos o dormir bajo el mismo techo no era suficiente, a veces simplemente vivir era una necesidad. Ver el río Ishikari en plena primavera era un espectáculo y nada le hacía más feliz a Ran que observar a Nahoya contemplando las flores o los peces en lagunas colindantes.
Ya eran mayores y muchas cosas habían cambiado: el cabello de Ran ahora era corto y de color lila con rayos negros, su altura era mayor y su cuerpo había formado la viva imagen de un hombre sublime a la vista de cualquiera. Nahoya había cambiado su cuerpo físicamente, su cuerpo mediano creció a la par de su pareja, sus cabellos aún mantenían sus ondas pequeñas que hacían de sus cabello abultado, lo detestaba en ocasiones. Pero en ese momento se sintió increíble. Lo único que estaba intacto en ellos eran los anillos dorados que confirmaba su relación a ojos ajenos y no tan ajenos.
Nahoya se encontraba en la rivera de una lagunilla colindante al río cercano a su casita en medio de una pequeña llanura perteneciente a la familia de Ran. Su cuerpo se encontraba hundido por completo y al abrir sus ojos vislumbró el agua cristalina, las algas y los peces pequeños nadando sin preocupación. Se sintió feliz al mirar hacia el cielo y notar los rayos del sol. Al notar una sombra acercándose a la orilla Nahoya salió de inmediato. Llevó su cabello hacia atrás y se sujetó a la orilla al ver a Ran con una cesta. Se veía precioso en cuclillas con gafas negras, una camisa blanca y en pantalón de tela. Notar el brillo de su piel contrastado en los tatuajes que luchaban por ser visibles a los ojos de Nahoya, era todo un espectáculo
―¿Comida?
―La calenté, no iba a comer otra cosa que fuera cocinado por ti
Ran tocó la punta de la nariz de Nahoya con una sonrisa en el rostro. Se levantó las gafas acomodándolas sobre su cabeza y se encontró con una imagen llena de belleza. Nahoya traía su cabello lizo por el agua y con muchas gotitas de agua sobre el rostro y sus hombros desnudos. Sus hermosas pequitas y su sonrisa lograron un tumulto en su pecho.
―¿Entonces, Naho vas a salir de ahí? o ¿me meto contigo?
―No quiero salir ―dijo en un tono burlón
Nahoya hundió su rostro hasta la altura de su nariz y dejó ver sus ojos naranjas alegres. Ran sin dudar dejó la cesta y se quitó la ropa en un dos por tres, quedando en pantalón corto. Se asomó nuevamente a la orilla mirando a Nahoya, el otro asomó su mano invitándolo a entrar. Solo eso bastó para que se hundiera en el agua y se diera encuentro con Nahoya bajo el agua.
Sus manos se unieron y terminaron abrazados. El destello de los anillos en sus dedos se formó por el reflejo de la luz. En ese instante Ran sostuvo a Nahoya por la cintura y él se sujetó a sus hombros, como si fuesen a bailar bajo el agua se mantuvieron así bajo los rayos del sol que lograron atravesar las burbujas que se formaron con el escape de oxígeno de los labios de ambos al darse un beso.
El abrigo que el sol ofrecía los hizo salir del agua. Nahoya se sentó sobre la orilla aun absorto mirando el agua. Ran apareció por detrás con una toalla pequeña decorada con detalles marinos, Nahoya se echó a reír al sentir la toalla sobre su cabeza.
Ran se acomodó con las piernas a los costados y con el pecho apoyado en la espalda de Nahoya. Apoyó su quijada sobre el hombro húmedo de su pareja mirando sus cabellos chorreando de agua. Dejó un beso sobre su espalda y se puso a mirar las cicatrices de la enfermedad.
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Renacer [Ran x Smiley]
FanficLas flores más hermosas del mundo eclosionan cuando es su tiempo para nacer. El amor funciona de la misma manera, el amor tarda en crearse y cuando es consolidado este contagia alegría y amor. El amor que Ran sentía por Smiley era como un capullo de...