Renacer [Ran x Smiley]

XI

El secreto de los hermanos tenía muchos riesgos, el más fuerte era que la operación no era una garantía de que Ran saliera sano y salvo de ahí. Rindou se encontraba en las banquetas de la sala de espera, no dejaba de ver el reloj de la puerta. Su hermano estaba siendo intervenido en ese momento. Estaba ansioso y nervioso.

Rindou se encontraba preocupado por su hermano, pero los recuerdos de esa mañana lo golpearon. Estaba triste. No dejaba de pensar en ello, había pasado lo que quería evitar con Souya  ¿cómo había pasado?

Unas horas antes había decidido llamar a Souya. Ambos se sentían incómodos, no habían hablado en semanas. Ambos estaban tratando con el dolor de sus hermanos y no era fácil hablar de eso. Ambos querían hablar del problema. Rindou le propuso a Souya hablar de cómo iban a tratar el problema, Souya aceptó y lo invitó a su hogar mientras no estaba Nahoya.

Rindou no contó con que al ir al hogar de Souya lo primero que encontrara en la puerta era a Nahoya intentando entrar a su hogar. Rindou notó el rostro apagado del ex-novio de su hermano, eso no evitó que lo mirara con desprecio. Sabía lo que había pasado y no planeaba hablar con él, pero evitar la incomodidad no sería fácil

—Rindou...hola...Souya no está, regresé antes a casa, pero estoy seguro que debe estar por llegar, sí quieres puedes pasar y esperarlo—

—¿Souya tardará?

—no...estoy seguro que llegará pronto

—bien...

Nahoya no se sentía cómodo, era el hermano de la persona a la que le había roto el corazón. Si alguien sabía de Ran era él. Nahoya tenía un gran cargo de conciencia, pero no había dejado de pensar en Ran, sus intentos por comunicarse con él fueron un total fracaso. No debía, pero quería hablar con Rindou, estaba desesperado por saber de Ran. Ambos pasaron al hogar de los Kawata y apenas pasaron a la sala el celular de Rindou sonó. Inmediatamente contestó.

—¡Rin! Amor lo siento mucho, estoy en medio del tráfico

—Sou, está bien puedo esperarte...

—lo siento mucho, debes estar esperando en la calle—

—Nahoya está conmigo, él me dejó entrar a tu casa

El silencio duró un par de segundos. La situación no podía estar peor. Nahoya que estaba a unos metros de Rindou, desvió la mirada, no paraba de jugar con sus manos por el nerviosismo, quería hablar con él

—me apresuraré Rin

La llamada llegó a su fin y Rindou tomó asiento en el sofá.

—Souya tardará un poco, pero está bien lo esperaré aquí

—bien...¿quieres algo de beber o—

—no gracias, estoy bien

—no...no es una molestia—

—Nahoya creo que no estás entendiendo la situación, no quiero hablar contigo, vine por mi novio

Rindou no podía ocultar su enojo. Su hermano estaba internado y tenía que disimular ante todos que estaba más que bien. Su salud había empeorado, no dejaba de vomitar flores, pero el problema no paró y se puso peor. Ran empezó a escupir sangre y pequeños tallos de las flores de orquídea. Rindou se negaba siquiera a mirar a Nahoya.

—lo sé Rindou...sé qué no merezco nada...pero...quiero saber de Ran. Yo...yo he intentado contactarme con él...sé que no me quiere ver, pero lo quiero y necesito verlo—

—¿disculpa? quererlo...no me hagas reír

—es...es cierto quiero a Ran—

—deja de mentir ¿para qué quieres verlo? ¿para seguir jugando con él?