Renacer [Ran x Smiley]

XIV

Los cumpleaños suelen ser días de felicidad. 

Aquel día ambos gemelos iniciaron su día junto a sus padres. Ambos padres habían pedido un día libre en sus respectivos trabajos para estar con ellos. Ese gesto los hizo sentir felices y queridos, sabían que sus padres trabajaban todo el tiempo, por ello los veían muy poco. El día inicio con un pastel, canciones infantiles y fotografías. A Nahoya le divertía que a los ojos de sus padres seguían siendo solo unos niños. Souya se sentía feliz por esos gestos dulces.

Ambos pasaron gran parte del día viendo películas y comiendo junto a sus padres. No había nada que amaran más que estar con ellos, pero la noche esperaba. El tan ansiado festejo con sus amigos se acercaba. Ambos gemelos estaban ansiosos y salieron de su hogar tan pronto las estrellas aparecieron en el cielo.

El viento y las motocicletas eran un factor relajante y refrescante que ambos amaban. Nahoya estaba un poco nervioso, trataba de mantener la calma y los nervios, pero no podía, al final había indicado al menor de los Haitani que viniese al club discoteca donde festejarían sus cumpleaños. Souya estaba tan ajeno y contento que no notó la actitud de su hermano. Al llegar al lugar se encontraron con sus amigos esperándolos con un pastel y bebidas. Ambos no se negaron a nada, después de todo era su día. los mayores se encargaron de cuidar de todos mientras algunos bailaban o se encargaban de hablar a los gemelos. El ambiente era ameno y divertido. En un momento dado todo el grupo de capitanes y sub-capitanes de la Toman se encontraban en la pista de baile.

En un momento dado la pista de baile se iluminó con luces led de colores, y la oscuridad inundo el lugar. Souya notó como su hermano no dejaba de mirar hacia la puerta de entrada del lugar

—¿Naho, a quién esperas?

—¿qué?

—vamos, puedes decirme ¿es alguien de tu interés y?

—¡no! claro que no...solo miraba y es que ah...

—Naho ¿qué pasa?

Souya no pudo dejar escapar una risita, pero la misma desapareció en cuanto su mirada logró ver unos cabellos rubios y celestes asomarse. Poco a poco la imagen se vio más clara, era Rindou. El chico estaba con un claro rostro de nerviosismo, llevaba consigo un pequeño ramo de flores celestes. Souya evitó mirar al chico y prefirió mirar a su hermano.

—no puede ser...Naho creo que debemos irnos a otro lugar—

—¡Sou, no! digo... no para nada, antes de que digas algo escúchame ¿sí?

—¿eh? Naho...—Souya empezó a fruncir el ceño—¿qué cosa...qué hace él aquí?

—es mi invitado...

Souya poco a poco empezó a relajar el ceño, el enojo rápidamente se transformó en nerviosismo y confusión. Rindou estaba un tanto distraído, no paraba de buscar con su mirada, pero este se detuvo al ver a los gemelos hablando a un costado de la pista. Al ver a Souya sus manos comenzaron a temblar, tomó un poco de valor y se acercó al par. Antes que pudiera decir algo, se ganó una mirada de reprobación de Souya

—¿qué haces aquí?

—Sou quiero decir Souya...yo vine porque

—vamos Sou yo lo invité —Nahoya se interpuso entre el par

La escena parecía un deja vu de lo que habían vivido hace tiempo atrás. Souya no estaba tranquilo ni a gusto, pero no pudo evitar mirar a Rindou de pies a cabeza, después de todo seguía sintiendo cariño por él.

—¿es tu invitado? Ajá...no soy un idiota Naho, ¿él te obligó a?

—¿Souya puedes parar con eso? Mira solo hablamos y él...él se disculpó conmigo y...