Renacer [Ran x Smiley]

XVIII

Tratar con amigos que sufren una ruptura puede llevar a conocer el significado de paciencia. Los concejos que suelen repetirse de boca en boca suelen implicar consuelo y cariño a la persona afectada. Por estas razones y más las amistades cercanas son los primeros en destilar odio y desprecio contra aquellos ex novios que suelen dejar a sus amigos destruidos y tristes. Por ello es que Mitsuya no podía entender lo que sucedía.

Al verse con Nahoya y escuchar la historia de su turbulenta relación y todos los problemas que había causado no supo que expresión poner: su noviazgo fallido, la intervención de Muto, la enfermedad de Ran, Rindou y Souya, era demasiado. Era la primera vez que se sentía cercano a Nahoya al escuchar sus desdichas y su reencuentro con Ran. Mitsuya conocía ese sentimiento: desear lo mejor para la persona que amaba. Con el avance de la historia su rostro sereno se transformó en uno confundido al escuchar que Nahoya realmente deseaba verlo salir con Ran.

Ambos se encontraban en la cafetería que solían frecuentar con Ran. Mitsuya trataba de beber su café y comer un pastelito, pero la impresión no le dejaba llevarse más que crema a la boca. La taza de Nahoya persistía fría sobre la mesa, Nahoya no dejaba de hacer señas con la mano, contando lo que había pasado. Mitsuya se limitaba a asentir y a retener la mayor cantidad de información. Su rostro mostraba una sonrisa casi forzada, le costaba entender como es que Nahoya quería algo así cuando su tono de voz revelaba lo contrario

—Quieres que tenga una cita con él

—sí, de hecho, ya casi llega

—¡Nahoya! ni siquiera he aceptado, es más no estoy seguro. después de todo lo que me contaste, esto suena tan incorrecto

—vamos Mitsuya, ya te dije que no me molesta. Ya te expliqué todo y solo será una cita

Mitsuya aún trataba de digerir toda la historia de Nahoya y Ran. Tenía sus propios problemas, pero estaba tratando de ser un buen amigo. Toda la situación le parecía absurda

—Nahoya ¿puedo hacerte una pregunta?

—sí puedes

—¿le contaste a tu hermano todo lo que me contaste? y...¿realmente deseas esto para Ran?

Nahoya se puso a frotarse las manos debajo de la mesa. Si fuese sincero diría la verdad, pero era demasiado tarde para eso. Respiró hondo y en contra de su voluntad volvió a sonreír de forma despreocupada.

—me dijiste una pregunta, responderé la primera. No, no le hecho porque quizá Souya llegue a enojarse, era la única condición para que Rindou volviera con él. No planeo intervenir más entre esos dos. Ya tuvo suficiente. Seré bueno y responderé lo segundo. No, no estoy seguro, pero quiero que lo intente, quiero verle feliz

Mitsuya sabía que estaba mal, pero el rostro de Nahoya reflejaba la verdad en sus palabras. Mitsuya se puso a jugar con la cucharilla de postres con la mirada perdida en la crema que quedaba

—Lo haré

—¿En serio?

—sí, lo haré con una condición

—pídeme lo que quieras

—Cuéntale esto a tu hermano

—Mitsuya te dije que no puedo

—claro que puedes. Creo que no quieres cargar las cosas tu solo, te hará bien contarle a alguien más. Me sorprende que lo hagas conmigo con el único fin de que vea a Ran, pero no seas capaz de desahogarte con tu hermano. Ya está con Rindou, da igual. Así que promete que le dirás o saldré corriendo de este sitio

Nahoya se perdió mirando hacia su taza de té. De seguro ya estaría demasiado frío. Sabía que las palabras de su amigo eran ciertas, estaba cargando con mucho y le estaba costando aceptar lo que fingía desear. Odiaba no tener la razón. Soltó un bufido de cansancio, quizá de resignación, y se tomó todo su té de una bebida. Se limpió la boca asintiendo con una sonrisa más calmada