Capitulo 34

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La mentira de la verdad.

Caleb.

Estar en una habitación solo con Rubí se presta para muchas cosas pero en esta ocasión para lo único que se presta es para pelear. Rubí se volvió a sentar en el sillón pero tiene la cabeza agachada, no dice nada y en un momento llego a pensar que se levantaría del sillón y que se iría de ese lugar.

— ¿Por qué lo hiciste?— interrumpe el silencio su pregunta que hace aún con la cabeza aun agachada.

— ¿Hacer qué?— pregunto confundido me siento a su lado pero con una distancia considerable.

Ella alza la mirada y sus ojos miran fijamente los míos...sus ojos son preciosos pero en esta ocasión están cubiertos por una capa de lágrimas.

— ¿Por qué dijiste que somos pareja? Sabes muy bien que hace tiempo dejamos de serlo y nunca lo hemos sido.

—Yo aún te veo así— le confieso— nunca volveré a ver a otra chica como te veo a ti ¿Por qué no lo entiendes?

—Lo único que entiendo es que me viste la cara de estúpida— ella se levanta del sillón buscando irse pero yo la detengo con mi mano.

— ¿Me amas?

Ella no me voltea a ver pero no me aparta la mano.

—En otra vida estaremos juntos, ahora no.

Y sin más se levanta del sillón rápidamente para irse corriendo a su habitación pero yo la logro alcanzarla antes de que cierre la puerta así que entro casi detrás de ella quien solo esta parada a los pies de la cama.

— ¡Por Dios! Caleb déjame en paz— me dice casi gritando— ya dije lo que tenía que decir— me dice sin voltear a verme.

No, no lo acepto, llámenme aferrado, necio, pero no voy a dejarla, no esta vez que ya se que estoy enamorado de ella... lo entendí cuando quise protegerla de mi padre.

—Lo que dijiste no fuiste tú quien lo dijo fue tu furia y orgullo.

Ella sigue parada ahí pero se voltea para mirarme y siento que por fin puedo decirle todo lo que siento sin ninguna interrupción.

—Rubí, sé que soy un idiota perdí lo mejor que tenía pues nunca voy a encontrar a alguien tan especial como tú.

—Si soy tan especial no debiste de hacer eso— me encara enojada— no necesito palabras necesito acciones y tus acciones sobrepasaron tus palabras.

—Si vas a contar las acciones también cuenta cómo te di el anillo, como te dedique esa canción, como te cure cuando estuviste herida.

—Caleb yo...

Yo me acerco a ella para poder tomarla de los brazos.

—Solo dime que me amas, que vas a perdonar a este pobre imbécil y que vas a volver conmigo.

—Ya te dije que en otra vida...

— ¿Y si esta es la otra vida?— la interrumpo.

Ella relaja su expresión por primera vez en mucho tiempo no me mira con enojo ni con frustración.

—Si esta es la otra vida supongo que me toca a mí tomar iniciativa pero...

—No finjas que no sientes nada, yo sé que sientes mucho.

Ella se acerca más y toma mi cara con sus manos.

Ella baja un poco mi cara para que nos miremos pero cuando menos lo espero una cachetada resuena en la habitación.

Mandela #1 [Completo] #Dyjawards24Donde viven las historias. Descúbrelo ahora