(me mié:D)

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OPHELIA ANDERSON
(capítulo editado)

De vuelta al presente*°•

- ¿Cómo dices que dijiste? - pregunté incrédula.

- Ya nos conocíamos.

- No - negué repetidas veces - eso sí lo escuché con claridad, quiero oír lo otro.

- Idiota - suspiro con pesadez - ya nos habíamos besado antes.

- No, puede, ser - murmuré incrédula - pero… no lo recuerdo.

- Una lastima - dijo con sarcasmo y se puso de pie - regresemos con los demás.

- No - lo detuve y el me miró - de echo creo que tengo una duda de porque no lo recuerdo - el alzó las cejas - cuando tenía siete años me golpeé con un poste de luz, por lo que dijo mi mamá, algunos de mis recuerdos se perdieron.

- a - literalmente eso fue todo lo que dijo antes de comenzar a caminar al hotel.

- ¡Oye, no me dejes hablando sola! - corrí tras el.

(...)

- ¿Pasa algo? - pregunto Yumehara con una toalla alrededor de su cuerpo.

- No - murmuré con pesar.

Mentirosa.

Ella se sentó a un lado mío y me miró con una sonrisa - ¿Que te pasa?

- Es que… no estoy segura de si debo de salir así - respondí cabizbaja, ella frunció los labios.

- ¿Así cómo? - sonrió con diversión - ¿así de bonita?

- No… - hice un ademán de queja - me veo bonita.

- Yo creo que sí - murmuró pero sus ojos se tornaron tristes.

- Entonces, dime… ¿por qué tú no sales?

- No puedo salir después de Teruhashi - comento - no soy nada comparada con ella.

- Ey - golpeé con delicadeza su brazo - tu si te vez bonita, además yo creo que no debería de importarte lo que opinan los demás.

Que hipócrita fue eso de mi parte.

Ella se puso de pie, con más confianza - Entonces… ¿vamos juntas? - me tendió su mano, con algo de inseguridad la tomé.

- Vamos - murmuré.

(...)

El día soleado era muy bonito, ya habíamos llegado a la playa la cual sinceramente es muy linda, de no ser por los idiotas que buscan chicas.

Pero en realidad lo único que hacen es acosarlas. Me alegra que mínimo algunos si sepan respetar un "no".

- Iré a conseguir algunas nenas - dijo Nendo poniéndose de pie.

- ¿No has visto tu cara? - le dijo Kaido.

Una sonrisa divertida se hizo presente en mi cara, un piquete en el brazo me hizo girar con confusión.

- Vamos - dijo Kusuo.

- ¿A dónde? - le pregunté.

- Lejos - respondió y sin esperar alguna palabra de mi parte me tomo por el brazo y me arrastró con el.

Cuando menos me lo espere estábamos en unas rocas demasiado grandes, el mar chocaba contra ellas y desde esta tenía una gran vista hacia mis compañeros.

En especial a uno de ellos… ¿por qué no puedo ser un poco bonita? ¿por qué Teruhashi es perfecta?

- Nadie es perfecto - hablo Kusuo y me gire hacia el.

- Creí que no ibas a leer mentes ajenas.

- Eso no lo controlo.

Suspire con pesar - Yo sé que nadie es perfecto… aún así, no puedo evitar pensar en que algunas partes de mi podrían ser mejor.

- A mi me gusta como eres.

- ¿En serio? - pregunté con emoción.

- Si - respondió, abrí los ojos en grande cuando lo vía abrir la boca para hablar - la perfección aburre demasiado rápido… tu eres más hermosa, sin duda.

- De seguro solo dices eso para que no deje de escuchar música contigo - golpeé su brazo.

- Tal vez.

- ¡Oye! - el sonrió un poco, podría acostumbrarme a esto - pues si tú dices que soy más hermosa… por algo debe ser.

- Vamos al mar - me tomo de la mano para avanzar y lo mire incrédula.

- No sé si lo recuerdas, pero casi muero el otro día.

- No es mi culpa que seas idiota - abrí la boca ofendida - cállate y camina.

Sin más hice lo que pidió, ambos nos detuvimos justo en la orilla del mar.

El me miró, con cuidado se acercó a mi cara y dejo un beso en mis labios. Uno no muy largo, pero tampoco muy corto.

Un beso perfecto. Ay, siii.

- Vamos - me llevo al mar, cuando el agua y las olas ya estaban más arriba de mi torso me miró de reojo - no armes un escándalo.

Sin más continuamos caminando, tanto así que cuando menos lo espere, ya estábamos en el fondo del mar.

Y yo podía respirar bajo el agua.

Top diez sirenas captadas en cámara: número uno, yo.

¿Cómo le explicaré a mi madre que fui una sirena? ni idea.

(...)

- Oye, bichito - le llamé - ¿cómo era cuando éramos niños?

- Tu me diste a probar la gelatina de café.

- ¡¿Yo inicie con esa obsesión?! - el asintió - wow.

- Una vez agarraste un bicho - abrí la boca completamente espantada.

- No me digas eso, ¿que me pasaba en esos momentos?

El se encogió de hombros y yo sonreí con malicia.

- ¿Cómo te diste cuenta que yo te gustaba?

- No empieces - murmuró con fastidió.

- ¡Ay, dime! - me colgué de su brazo - espera un momento… ¿cuando eras más pequeño te dejabas llevar por las emociones?

El asintió y yo lo mire confundida - ¿Por qué ahora no?

- No lo sé.

- Me gustaría recordarte de pequeño, creo que eras re lindo - le comenté - aunque ahora también lo eres.

- Ya cállate - murmuró con fastidió.

- Callame - le dije, al instante me arrepentí ante su mirada tan penetrante.

Ayuda, me mie:D









OPHELIA | Saiki Kusuo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora