OPHELIA | Saiki Kusuo.

(recórcholis...)

OPHELIA ANDERSON
(capítulo editado)

- Pues te guste o no, igual voy a conocer a Kusuke - me colgué de su brazo.

- Preferiría que no fuera así.

- ¿Por qué no quieres que lo conozca?

- Podría hacerte algo.

- Oh, ¿es un rarito?

- Algo así.

- Pues da igual - sonreí y alcé el pulgar - nada me va a pasar, ¡te lo prometo!

El asintió y me tomo de mano para comenzar a caminar.

(...)

- Es un gusto, Ophelia - tomo mi mano y dejo un beso en esta, Kusuo lo aparto al instante.

- Lo mismo digo, Kusuke - sonreí con un poco de incomodidad.

- ¡Que bueno que ya se conocen! - comento la sra. Kurumi con felicidad.

- Si - el rubio sonrió con algo de maldad - que bueno…

Me dió escalofrío, si es medio rarito ☝️🤠

Kusuo me tomo de la mano y mejunto a el, no sin antes echarle una ojeada a su hermano.

Al llegar a su habitación me tomo de las manos y comenzó a examinarlas.

- ¿Te hizo algo?

- Depende de a qué te refieres con "algo" - comenté de inmediato, el me miró serio - no me hizo nada.

- Yare yare - se dejó caer en la silla del escritorio y cerró los ojos - tal vez estoy paranoico.

- ¿De verdad? ni en cuenta - dije con sarcasmo, el solo suspiro con pesadez.

Comencé a caminar y me senté sobre su regazo. Comencé a dejar besitos en su cara, para después dar uno final en sus labios.

- Basta - negué con una sonrisita en la cara, continúe dejando besitos en su cara.

En un mal movimiento casi caigo de la silla, por surte Kusuo me tomo de la cintura y me pegó a el.

- Casi muero - comenté - pero por suerte no fue así - sonreí y volví a repartir besitos por toda la cara de Kusuo.

- Ya basta - me tomo por los hombros y me alejo de el. Supe que en realidad no quería que me detuviera cuando pego sus labios con los míos.

En un beso lindo y suave.

- Estos últimos días has estado más cariñoso, ¿te pasa algo? - pregunté divertida.

- No.

- Ajá - dije con diversión - haré como que te creo.

(...)

Desperté con un fuerte dolor en la mano. Era un dolor punzante, como si me golpearan repetidas veces.

- ¿Estás bien? - pregunto Kusuo a mi lado.

Anoche habíamos dormido juntos, como aquella vez en la que el había tenido un mal sueño.

- Sip - respondí, sonreí con ternura cuando lo ví quejarse por todas esas voces en su cabeza.

- No es divertido.

- Entonces usa el anillo mágico - se lo di pero después sonreí con burla - ah, es verdad, te asustas con facilidad.

- Tonta - murmuró y estiró el brazo - dámelo.