Inconsciente Amor (KiriBaku)

𝐂𝐞𝐧𝐚 𝐜𝐨𝐧 𝐥𝐨𝐬 𝐒𝐮𝐳𝐮𝐤𝐢

Después de haber visto la pelicula pasaron mas tiempo juntos caminando por la plaza simplemente disfrutando de la compañía del otro, habían decidido no comer nada para poder llegar lo suficientemente hambrientos a la cena con los Suzuki. Bakugou y Haruki caminaban a la casa del segundo mencionado tomados de la mano en un silencio cómodo para la cena con su familia, la noche ya había hecho aparición. 

—Es aquí—Akiro apretó la mano de su novio llamando su atención para caminar en dirección a la puerta de su casa, las manos de Bakugou empezaron a sudar mas de lo normal.—Hey, tranquilo—El pelinegro se volteo para quedar frente a frente del cenizo.

—No se de que carajos hablas—Bakugou intento disimular, Suzuki solo puso los ojos en blanco con una leve sonrisa y le dio un beso en la frente transmitiendo confianza al mas bajo.

—Ellos te van a adorar tanto como yo—Saco las llaves del bolsillo de su pantalón para entrar a su hogar.

Entraron a la casa y Katsuki aprecio el lugar, si bien lucia como una casa japonesa por fuera por dentro tenia un toque distinto pero a la vez familiar, era acogedor. Ambos se quitaron los zapatos escuchando voces provenientes de la cocina. El pelinegro caminaba por delante de Katsuki pues el segundo mencionado observaba las fotos en lo que había de la casa, las decoraciones, etc. Había una foto en especifico que se quedo viendo, una niña y un niño el cual parecía ser Akiro de pequeño, parecía un cumpleaños  y ambos se veían felices, unidos. También pudo notar como había diversas pinturas muy bien hechas, arte que nunca había visto antes pero que transmitía demasiado, llamaba mucho la atención como para quedar mirándolo por horas y nunca aburrirte, cuando pensabas que encontraste el significado de la pintura aparecían mas por detras y era imposible no querer saber que mas podías encontrar en algo tan simple como pintura.

—Ya llegaste cara de nalga—Katsuki escucho una voz femenina, su novio había desaparecido de su rango de visión en lo que se había distraído, camino derecho encontrándose al pelinegro de perfil y en su rostro evidente fastidio, vio una chica sentada en el sofá que quien suponía que era su hermana , la chica dirigió sus ojos azules hacia el.—¿El es tu novio?— La chica se paro examinando a Bakugou de pies a cabeza incrédula.—¿Seguro que no le hiciste un amarre o algo por el estilo para que este con alguien como tu?—Akina vio con una ceja alzada y una sonrisa burlona a su hermano mientras creaba un tulipán naranja en una de sus manos y se la entregaba al cenizo.—Debes de ser Bakugou, soy Akina, la hermana del pendejo con el que sales, un placer conocerte—La chica sonrió dulcemente.

—Igual es un placer conocerte—Bakugou respondió con una expresión relajada y pequeña sonrisa, el lugar era acogedor.

Una mujer de cabello negro largo trenzado con unos cuantos mechones sobre saliendo en su rostro y una flor en el dalo izquierdo detrás de su oreja apareció por una de las puertas.

—¡Akiro! ¿por que no avisas que ya llegaste?— La mujer jalo una de las orejas del chico quitándolo del camino para dirigirse directamente a Katsuki, rápidamente su expresión enojada cambio a una feliz al ver al cenizo.—Hola, tu debes ser Bakugou, Akiro nos hablo mucho de ti.

—Es un placer conocerla, es una linda casa por cierto.—Por alguna razón Katsuki no podía evitar ser amable, realmente al igual que con Akiro su familia transmitía calidez de alguna forma.

—No seas tan formal, cariño—La mujer soltó una risa poniendo una mano en el cabello del cenizo despeinándolo levemente y dejando una flor naranja detrás de la oreja de este.—La cena no tardara en estar lista, mientras tanto pueden subir a tu habitación Akiro.

Ambos chicos empezaron a subir las escaleras mientras escuchaban como la pelinegra mayor le pedía a Hanako ayuda con la salsa.

—Tu familia tiene algo con regalar flores—Menciono Katsuki entrando a la habitación del pelinegro, todo estaba perfectamente ordenado por la exigencia de su madre de tener las habitaciones limpias mas que por decisión propia pero eso no tenia que saberlo el cenizo.