Como es costumbre en mí, voy a salir de la casa por la ventana de mi habitación ya que mis padres se han negado rotundamente que siga viendo a Joy. ¿Es acaso muy difícil comprender que lo amo? ¿Por qué me niegan a ser feliz con él? Se que Joy no tiene mucho que ofrecerme, pero de igual manera, no me importa con tal de estar con él.
Voy hasta la puerta de mi habitación y le pongo seguro a esta. Cojo mi mochila y mi iPhone y luego voy hasta la ventana, pongo un pie sobre el borde y me sujeto bien para luego saltar hasta el árbol que está enfrente. Bajo por este hasta tocar el suelo, me agacho para evitar que alguien dentro de la casa me vea. Camino agachada hasta una parte del jardín donde se encuentra el hueco en la cerca que uso para salir de casa.
Miro hacia atrás vigilando que no halla nadie, cuando me aseguro, me agacho y salgo por el hueco. Cuando ya estoy fuera me escabullo por la otra calle para evitar que alguien me reconozca, me pongo la capucha de la sudadera para evitar coincidencias. Saco mi celular y miro la hora, son las nueve y media. Tengo media hora para llegar a la Plaza de Vosges, allí me espera Joy.
Cuando estoy alejada de mi casa pasa un taxi, le hago señas y se detiene frente a mí. Al final termino llegando a la Plaza de Vosges quince minutos antes de la hora acordada por Joy y por mí. Él aún no ha llegado así que me dedico durante el tiempo que queda antes de que llegue a caminar por el lugar con los labios apretados.
Estoy inquieta.
Estoy nerviosa.
Llevo más de una semana sin verlo gracias a mis padres que cuando llevé a Joy a casa, se molestaron conmigo y terminaron castigándome. Aunque frère, Adam, intentó defenderme, ellos no cedieron. Aún continuó castigada, solo que no aguanté estar más tiempo lejos de Joy, sin saber nada de él. Se que maman y papa si se enteran sobre esto me matarán. Pero al menos sé que cuento con el apoyo de mi frère.
De pronto siento como me cubren los ojos y un cuerpo se pega al mío, abrazándome de la cintura, su respiración en mi cuello se siente cálida. Una sonrisa se asoma en mi rostro y mi corazón comienza a acelerarse, su aroma comienza a adentrarse por mis fosas nasales. Sin verlo sé de quién se trata, pero le seguiré el juego por ahora.
—Hmm... Louis, sé que eres tú. —digo juguetona.
—¿Louis? —dice Joy quitando su mano de mis ojos.
—Joy, tonto. —digo y suelto una carcajada.
—No juegues así, ya me estaba imaginando que en la uni habías conocido a otro.
Ruedo los ojos. —Sabes que eres el único en mi vida. —digo rodeando su cuello con mis brazos.
—¿Cómo me afirmarías eso? —pregunta mirando mis labios.
No puedo evitar sonreír y acerco mis labios a los suyos dejando un par de besos en ellos. Me separo de él y veo ese brillo característico en sus ojos color miel que tanto me encanta, y yo, no puedo dejar de sonreír como una estúpida enamorada.
—Je t'aime, Joyce. —dije y acaricié su nariz con la mía.
—Je t'aime, Jade. —respondió rodeando con sus manos mi cintura.
Estuvimos en la Plaza Vosges hasta que el reloj marcó las once de la mañana. Él tenía que ir a la universidad hoy y yo tenía que volver a casa antes de que mis padres se diesen cuenta de que había desaparecido y Adam se metiese en problemas por mi culpa. Algo que no era justo, y que yo no iba a aceptar.
Tomé un taxi hasta llegar cerca de mi casa y luego hice el mismo recorrido que cuando salí de esta. Entré por el hueco de la cerca, caminé agachada hasta el árbol que estaba cerca de mi habitación y trepé por él hasta entrar por la ventana. Pero al llegar no encontré mi habitación como siempre, sola, sino que maman y papa estaban en ella y eso quería decir que nada bueno me esperaba.
★★★★★
Bueno bueno, aquí el prólogo.
Ehm... Como ya dije, esta y El beso que lo cambió todo son las historias que actualizaré más seguido.
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La Chica de París (LCF #1) [Terminada] ✔
Romance«Dos mundos distintos, dos personas diferentes, Jade Lennox y Joyce Scott. Eran dos amantes condenados a vivir su eterno amor en secreto. Ella encontró su hogar en sus ojos color miel que le brindaban la paz y la libertad que tanto anhelaba, y él e...