Un par de lágrimas silenciosas no me abandonan nunca. Después de varias horas de viaje llegué a París, tomé mi maleta y secándome un par de lágrimas comencé a caminar fuera de la terminal de ómnibus sin saber si ir a la mansión o a otro lugar. Quería olvidarlo todo, no quería pensar en toda la mierda que me hizo él; intenté pensar en los buenos momentos que tuvimos pero sólo hacían que mi herida doliese mucho más.
Saqué mi iPhone y marqué el número de mi hermano que luego de dos tonos respondió. Durante más de un mes mantuve el teléfono apagado para evitar que me rastrearan, algo que funcionó a la perfección pero ya no hace falta esconderme. Solamente quiero estar con mi hermano y recibir uno de los tantos abrazos que me ha dado cada vez que me siento mal o cuando algo me hace daño.
—¿Jade? —dijo.
Su voz, la extrañaba, mi hermano es como si fuese mi padre. Extrañaba la calidez con la que siempre suele hablarme, solamente eso bastó para que comenzase a llorar. Lo extraño, quiero verle, la añoranza me está matando; ni siquiera era capaz de decir alguna cosa cuando volvió a hablarme ahora más preocupado por mis sollozos que seguramente se deben escuchar al otro lado de la línea. Intentaba no llorar pero era algo imposible para mí.
—Adam... —sollozo.
—¿Qué sucede Jade?
—Ven a buscarme. Por favor. —fue lo único que dije.
—¿En dónde estás?
—En la terminal de ómnibus de París.
—Llego en quince minutos.
Luego de eso colgué, salí sin rumbo fijo hasta que encontré unos bancos frente a la terminal. Dejé mi maleta a mi lado y me senté mirando fijamente a la nada mientras más de mis lágrimas se salían; la gente que pasaba por aquí se quedaba mirándome con pena, pero para ser sincera era algo que no me importaba. La tristeza en mi alma me impedía pensar en cualquier otro tipo de cosa, siquiera sabía que hacer con mi vida o con mi bebé que crecía en mi vientre.
Adam llegó y fue corriendo hasta donde me encontraba, su cara se descompuso completamente al verme así en tal estado. Pasó uno de sus brazos por encima de los míos mientras que con su otra mano tomó mi maleta. Me ayudó a llegar a su auto donde me subí sin decir palabra alguna, Adam me conocía y sabía que no debía preguntar ya que yo acabaría contándole todo lo que me estaba ocurriendo en estos momentos.
Me llevó a una cafetería donde nos sentamos al lado de la ventana donde pude ver la vista de París nuevamente. Ya estaba lista para contarle lo ocurrido a Adam, y fue justamente eso lo que hice; él terminó rojo de ira y dispuesto a matar a Joyce por todo. Lo que aún no le había contado un pequeño detalle, el hecho de que me encontraba embarazada del mismo hombre que me engañó de tal manera.
—Lo voy a matar, Jade. —dijo.
—No, Adam.
Puse mi mano sobre mi vientre y lo apreté ligeramente para darme fuerzas por lo que iba a decir ahora.
—Estoy embarazada y no quiero que mates al padre de mi bebé.
—¿Qué? ¿Te embarazaste de ese imbécil? —preguntó.
—Sí, y quiero tener a mi hijo. —mis manos reposan sobre mi vientre. —Él o ella no tiene la culpa de lo que ha pasado entre su padre y yo.
—Siempre te voy a apoyar en todo y esta vez no será la excepción. Tienes razón al decir que el bebé no tiene la culpa de nada de lo que ha pasado.
Mi hermano y yo nos abrazamos y yo lloré en su hombro, no hay duda de que amaba a mi hermano y no sabía que haría si no lo tuviese en mi vida. Me contó lo que ha pasado y que las gemelas están también embarazadas. Bromeó con el hecho de que las tres hermanas vamos a tener hijos y que él que es el único varón aún ni siquiera ha podido encontrar a una buena mujer para que sea la madre de sus hijos.
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La Chica de París (LCF #1) [Terminada] ✔
Romance«Dos mundos distintos, dos personas diferentes, Jade Lennox y Joyce Scott. Eran dos amantes condenados a vivir su eterno amor en secreto. Ella encontró su hogar en sus ojos color miel que le brindaban la paz y la libertad que tanto anhelaba, y él e...