Luego de que Adam finalizara la llamada se sube en su auto y va hacia el hospital para así poder alcanzar a Joyce y a Sarah. Tenía toda la rabia que sentía contra Dean concentrada en su pecho, y esta no le dejaba pensar con claridad. Adam sólo deseaba encontrar al bastardo que acabó con la vida de su hermana y hacerle pagar por lo que le ha hecho.
Sus padres también eran culpables, pero no podía hacer nada contra eso. Después se todo eran sus padres y los amaba aunque se comportaran de esa forma con ellos. Adam llegó al hospital y subió al piso donde se encontraba su hermana, su abuelo estaba sentado en una silla, sus ojeras eran notables. De seguro él no había dormido absolutamente nada durante toda la noche.
—Abuelo, ¿cómo sigue Jade? —pregunta Adam.
—Ya sabes, igual que ayer. Su estado no mejorará ni empeorará tan pronto, Adam. —explica Dylan.
Adam asintió mientras se preguntaba donde se encontraban sus padres ya que era muy extraño que no estuviesen allí junto a ellos. Dylan pareció leerle sus pensamientos cuando habló:
—Chevelier y Caroline fueron a trabajar.
No podía creer lo que estaba escuchando, ¿cómo podían ir a trabajar sabiendo que su hija estaba en el hospital? Justamente en ese momento Sarah y Joyce llegaron al hospital y los encontraron conversando. Dylan los miró a ambos, y en cuanto su mirada cayó sobre Joyce se detuvo unos instantes donde algo similar al cariño nació de la nada en su corazón.
No entendía el porqué de ese sentimiento hacia ese joven al cual ni siquiera conocía, no había razón para sentirse así.
Sus pensamientos fueron interrumpidos por Adam ya que este habló llamando así la atención tanto de Joyce y Sarah, como la de su abuelo Dylan.
—Bien, grand-père, estos son Sarah, la mejor amiga de Jade y Joyce, el chico del cual tu nieta está enamorada. —los presenta. —Chicos, él es mon grand-père, Dylan Lennox.
—Un gusto, señor Dylan. —habló Sarah.
Extiende su mano en modo de saludo, la cual Dylan toma gustoso. En cuanto a Joyce, le sonríe y por un instante cree que esa sonrisa es similar a la de su hija, pero rápidamente deshecha esa idea de su mente. Es imposible que ese chico tenga algún parentesco con su hija, la cual dejó su hogar hace mucho tiempo atrás y quién sabe donde está en estos momentos.
—El gusto es mío, señorita Sarah. —responde de regreso.
—Un gusto, señor Lennox. —Joyce imita la acción de Sarah.
—También es un gusto para mí, Joyce. —también estrecha su mano. —Aunque me decepciona que mi nieta nunca me hablara de ti.
Los cuatro pasan y miran a través del cristal a Jade, es una imagen bastante triste. Se encuentra con varios aparatos conectados mientras sus ojos permanecen cerrados, ni siquiera se mueve, su cabeza se encuentra vendada debido a los golpes que recibió en ella. Fue tan desconsoladora la imagen cuando Sarah comenzó a llorar mientras Adam la abrazaba y pasaba su mano por su cabello en un gesto de consuelo.
A Joyce se le partió mucho más el corazón de lo que era posible, era algo para lo que no estaba psicológicamente preparado. Al menos se consolaba repitiéndose internamente que no había muerto, aún en esas deplorables condiciones seguía con vida y seguiría así.
Adam tenía unas inmensas ganas de llorar, su hermanita pequeña en ese estado, él deseaba haber sido él el que pasase por todo eso y no ella. Jade no merecía eso, se repetía constantemente en su interior y las ganas de matar a Dean seguían en aumento. El maldito era el que debía estar pasando todo esto, no Jade. Ella no merecía haber sido violada ni caer por esas malditas escaleras.
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La Chica de París (LCF #1) [Terminada] ✔
Romance«Dos mundos distintos, dos personas diferentes, Jade Lennox y Joyce Scott. Eran dos amantes condenados a vivir su eterno amor en secreto. Ella encontró su hogar en sus ojos color miel que le brindaban la paz y la libertad que tanto anhelaba, y él e...