Adam abrió la puerta de mi closet y entró de él. Miedo y desesperación era lo único que yo sentía, tanto que llevé una de mis manos a mi boca y comencé a morderme las uñas. Unos tres o cuatro minutos después vi como Adam salía de dentro del closet y su cara impasible hacía que me desesperara más. Mi hermano me miró y achinó los ojos antes de por fin hablarme luego de cómo un minuto en completo silencio.
—No he encontrado nada, te has salvado, Jade. —dijo y salió de mi habitación.
Cerró la puerta tras de sí y yo simplemente me dejé caer en uno de los sillones que había en mi habitación sosteniéndome el pecho y agradeciéndole a Dios que Joyce halla huido en cuanto pudo de la habitación. La pregunta que rondaba mi cabeza en estos momentos era; ¿En dónde estaba? Y ¿Cómo y cuándo había escapado? No me quedaba de otra que luego ir a hablar con él y a pedirle disculpas por lo que he hecho.
No tengo idea de donde ha salido tanta valentía de mi parte, además, había olvidado por completo que Joyce tenía una novia, la cual no merecía que él le fuese infiel. Menos por mi culpa, más que yo no soy ninguna rompe hogares que se mete en una relación. Y menos sabiendo el porqué de mi actuar que sólo se debe a un capricho de mi parte, Joyce no merece eso.
Me levanto del sillón y abro la ventana saliendo al balcón de mi habitación. La brisa otoñal acaricia mi cabello húmedo mientras miro hacia el punto donde se unen el cielo y el horizonte. Siento como hablan por aquí así que bajo mi vista encontrando a Joyce y a nuevos empleados. Joyce al verme sus mejillas se tornan de color rojo, algo que hallo bastante adorable ya que con sus características faciales le hacen ver hermoso, más de lo que es.
Salgo del balcón entrando nuevamente a mi habitación para luego salir de la habitación, cierro la puerta y comienzo a caminar por el corredor hasta llegar a la escalera y bajar a la primera planta. Me dirijo hacia la cocina y veo a Dede que me recibe sonriente, le sonrío de regreso y ella me pide que me siente.
—Dede, ¿has visto a mi chofer? —pregunto. Tengo que actuar natural, no quiero que nadie sospeche nada.
—Oh, el chico nuevo, Joyce. —asiento con la cabeza. —Está allá afuera, ¿necesita ir a algún lado, mi niña?
Dede es como mi segunda madre, la conozco de pequeña y la quiero demasiado, más que a mi madre verdadera por así decirlo. Ella me mira con amor en los ojos y yo asiento que lo necesito, no tuve que decir nada y ella fue directamente a buscar a Joyce para que viniese hacia acá. Al cabo de cinco minutos Dede y Joyce entraron por la puerta trasera y yo le sonreí a Dede antes de levantarme de la silla y pedirle a Joyce que me acompañara.
—¿Puedes esperarme afuera? —pregunté. —Vengo ahora.
—Claro. Sacaré el auto. —respondió.
Subí las escaleras hasta la segunda planta para luego entrar en mi habitación. Entré en el closet y busqué una muda de ropa adecuada, unos jeans negros ajustados y un suéter morado que cubría mi cuello y se ajustaba en mis brazos. Me puse unos tenis de color blanco y recogí mi cabello en una coleta mal hecha. Cogí mi iPhone y bajé hasta el recibidor y luego salí por la puerta de la casa. No tenía idea de a dónde iría pero necesitaba salir con Joyce.
Él estaba esperándome apoyado en el auto y nadie sabía lo atractivo que se veía así, más con ese uniforme que le habían dado al comenzar a trabajar en la mansión Lennox. Un traje negro con una camisa blanca, los cuales se acoplaban muy bien a sus músculos, aunque no estuviesen muy tonificados, y una corbata negra, más una gorra de conductor.
Me abrió la puerta del auto y yo no subí, esta vez decidí subir en el lado de copiloto. Joyce me miró extrañado pero no hizo ningún comentario al respecto, más subió en su lugar de piloto y puso en marcha el auto.
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La Chica de París (LCF #1) [Terminada] ✔
Romance«Dos mundos distintos, dos personas diferentes, Jade Lennox y Joyce Scott. Eran dos amantes condenados a vivir su eterno amor en secreto. Ella encontró su hogar en sus ojos color miel que le brindaban la paz y la libertad que tanto anhelaba, y él e...