Un aliado inesperado

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Una noche fría, el viento resoplaba provocando una brisa fresca en el ambiente. La tranquilidad y dulce melodía de los animales dentro del bosque Prohibido, del agua en el lago negro, eran la combinación perfecta para relajarse admirando la belleza del paisaje, pero Draco Malfoy estaba lejos de sentirse relajado o tranquilo, la noticia de que habían envenenado a Ron Weasley se extendió como pólvora por todo el colegio y para estas horas ya todo mundo hablaba de los sucedido, aunque no con la misma preocupación que con el caso de Katie Bell, al parecer el hecho de que el accidente pasará dentro del despacho de un maestro le resto importancia a lo sucedido, pero para Draco, era todo lo contrario una vez más su corazón comenzó a latir tan fuerte que tenía la impresión de que se le saldría del pecho, su respiración se aceleró, logrando que empezará a hiperventilar, miro sus manos temblorosas y la opresión en el pecho llegó a su punto máximo cuando empezó a sentir dificultad para respirar, sin poder resistirlo más se tumbó de rodillas al piso, dejando salir las lágrimas contenidas desde que se enteró de su nuevo ataque fallido, un fracaso más que le aseguraban que su vida y la de su familia estaban por terminar, había una sola salida, ese maldito armario que no terminaba de arreglar y su inminente destino final.

Matar.

—No es un poco patético... -dijo una voz femenina y muy sensual. -un sangre pura, parte de los sagrados 28 y de las familias más poderosas e importantes llorando como un niñito...

Draco alzó la mirada reincorporándose bruscamente con los puños apretados aún con la respiración acelerado, una mano tenía la varita apretada firmemente y la contra en un puño cerrado producto de la furia que surgió en su interior. No tuvo que buscar mucho, a unos pocos metros, una mujer con un aspecto sombrío pero llamativo, lo miraba fijamente, con un cabello rubio casi dorado, recogido junto a una vistosa corona negra. Su piel era blanca y sus ojos eran grises, fríos y penetrantes, capaces de hacer estremecer al más valiente. La mujer esbozo una pequeña sonrisa en sus labios color rosado que contrastaba mucho con su tez pálida.

—¡Lárgate! -escupió Draco apuntándola con la varita firmemente.

Pero la mujer ni se inmutó, al contrario, estaba tranquila y hasta se podría asegurar que disfrutaba de la situación.

—Esa no es manera de hablarle a una dama no lo crees...

—¡Quién eres y qué quieres!

—Ayudarte Draco...

—¿Cómo sabe mi nombre?

—Se muchas cosas...

—¡No me interesa lárgate!

—Estas siendo muy maleducado... y mi paciencia contigo Draco Malfoy ¡se está acabando! No querrás verme enojada...

Draco paso las manos por su cabello perdiendo la poca paciencia que tenía solo por el hecho de que quien estaba frente era una mujer, y una muy sexy.

—¿Qué tengo que hacer para que me dejes en paz...?

—Escuchar mi propuesta...

—No tienes nada que me interese...

—¿Estas seguro? ¿Ni siquiera la solución a tus problemas? —contesto la mujer de manera seductora y segura, mientras Draco la miraba con desconfianza —se como ayudarte a matar a Dumbledore.

La expresión de Draco cambio drásticamente a una de miedo.

—El... el señor tenebroso te envío...

—¿Enviarme? Yo no trabajo para nadie, ¡mucho menos con eso! -soltó con desprecio la mujer, Voldemort estaba entre los seres que más repugnancia le daba por intentar llegar a su nivel, con su afán de la inmortalidad, un derecho que solo les pertenecía a ellos, pero su estúpida guerra mágica poco o nada le importaba, ella solo quería divertirse un poco—. Solo quiero ayudarte...

Solo un juego (Dramione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora