Día 14

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Cambio de género

Noiz se levantó de la cama con pereza. El reloj anunciaba que era la 1:30 de la tarde.

La noche anterior había llegado a casa tarde debido a un encuentro de Rhyme que se había alargado más de lo esperado. Koujaku le esperaba sin haberse dormido, y cuando expresó su preocupación por no haber recibido al menos un mensaje, Noiz se sintió culpable. Pero, igual que Koujaku con su equipo, Benishigure, también tenía responsabilidades con Ruff Rabbit. De Noiz dependía gran parte de la venta de información que daba sustento a los demás miembros.

Se metió a la regadera y se dio un baño rápido. No prestó mucha atención a su apariencia en el espejo mientras se peinaba los cortos cabellos rubios, y salió del baño para vestirse, pero no tenía ganas de ponerse sus prendas. Tomó una de las camisetas de Koujaku, se la puso, y caminó a la cocina.

-Al fin te levantas, bella durmiente -dijo Koujaku con sarcasmo al ver a Noiz entrar a la cocina.

-Cállate, anciana.

-Deja de llamarme así.

-No me da la gana. -abrazó a su pareja por la espalda, apretando sus pechos contra esta. Sonrió ligeramente al aspirar su perfume de flores.

-Tch. Siempre encuentras la forma de fastidiarme.

-No seas tan aburrida -bostezó sin soltar a Koujaku-. Sólo te molesto porque te quiero.

Koujaku se giró para mirar a su novia, y juntó las cejas en un gesto irritado. Noiz la miraba con una sonrisita retadora.

-Eres la chica más linda que he visto en mi vida -susurró Noiz, haciendo que Koujaku se sonrojara.

-Ya cállate -sonrió avergonzada-. Sólo dices eso para contentarme.

-Lo digo en serio -la abrazó, y dejó un beso en su mejilla. Luego, contempló los ojos escarlata que tanto amaba.

No le importaba que Koujaku hubiese nacido con el cuerpo equivocado, para ella, era la chica más hermosa del mundo.

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69

Sonidos húmedos y gemidos ahogados llenaban la habitación en medio de la noche. Los amantes se encontraban recostados en la cama, uno al lado del otro, sus bocas atendiendo el cuerpo contrario con esmero.

Cuando habían comenzado a verse, sus encuentros eran bastante "tradicionales", cosa aburrida para Noiz. No podía negar que el viejo tenía un movimiento de caderas asesino y que le había hecho sentir por primera vez en su vida un orgasmo tan intenso que las piernas le habían temblado, pero él detestaba las rutinas y lo predecible.

Un día, sencillamente había dicho que quería hacer algo diferente. Que Koujaku aceptara su sugerencia le sorprendió bastante, pero no desaprovechó la oportunidad. Por eso, esa noche se encontraban así, complaciéndose mutuamente en la obscuridad.

Era obvio que ninguno de los dos tenía idea de que hacer, pero ambos estaban esforzándose por corresponder a las atenciones del otro de la mejor manera.

Koujaku era el más sorprendido de los dos. ¿Cuándo se hubiera imaginado que tendría el miembro de otro hombre en la boca? Nunca. Sin embargo, ahí estaba, disfrutándolo y esmerándose por que su compañero tuviera la misma satisfacción que él estaba recibiendo.

Las luces y sonidos del exterior, ajenos a lo que ocurría en la habitación, continuaron su curso mientras los dos amantes continuaban su labor. La noche todavía duraría varias horas.

Midori+Akai. verde y rojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora