Día 30 (final)

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Haciendo algo candente (NSFW)

Noiz ahogó una risa escondiendo el rostro en el cuello de su esposo. Sus padres estaban a menos de tres metros de ellos, y lo único que los separaba eran las delgadas paredes de la casita junto a la piscina. Eso, por supuesto, hacía todo mucho más excitante para ambos.

Koujaku atrapó su labio inferior con los dientes, mordisquéandolo un poco. Sus labios luego bajaron por el cuello del alemán, lamiéndolo con lascivia.

—¿No te preocupa que nos escuchen?

—No —articuló Noiz en medio de un suspiro, mientras la boca de Koujaku continuaba bajando por su pecho desnudo. Su traje de baño resbaló por sus piernas de repente, y Noiz recargó todo su peso contra la pared que se encontraba a sus espaldas.

La lengua cálida y húmeda que envolvió su zona inferior le obligó a taparse la boca para evitar que un gemido lo delatara. Anticiparse a lo que venía era suficiente para que la excitación comenzara a correr por su cuerpo como una droga.

La primera mordida que cayó sobre su miembro le arrancó un gemido que ahogó mordiéndose el labio. Aunque para otros aquello hubiera representado un horrible dolor, para él era una de las sensaciones placenteras más intensas que podía tener. Koujaku ya conocía la intensidad necesaria para complacerlo sin lastimarlo.

Noiz bajó la mirada, y se encontró con los ojos escarlata que ya estaban fijos en su rostro. No entendía como una mirada podía causarle una ola tan enorme de placer, pero fue suficiente como para hacer que sus piernas temblaran.

Sus ojos se cerraron involuntariamente mientras Koujaku continuó con su tarea. Su madre no tardaría en buscarlos, pero mientras estuviera distraída con su nuevo nieto tenían un rato para distraerse ellos también.

Lo que quieras (dedicado a una amiga muy querida <3)

La cálida noche de verano obligó a Mink a salir de su habitación para dar una caminata. Aoba podía extrañar mucho el calor de Midorijima, pero a él le parecía sumamente incómodo.

La propiedad de verano que Noiz había rentado en la costa tenía dos pequeñas cabañas con vista al mar y un pequeño jardín entre ambas. Era bastante agradable pasear entre las plantas tropicales y la brisa nocturna, iluminado solo por las estrellas.

Sus ojos se dirigieron sin querer a la ventana de la cabaña de la otra pareja, donde captó un movimiento sospechoso. Frunció el ceño de inmediato, pues estaba seguro de que esos dos habían dejado las persianas abiertas a propósito. Ya se imaginaba que eran un par de pervertidos.

Lo peor fue que cuando captó las formas de la cuerda roja que se enredaba alrededor del cuerpo del alemán, le fue imposible apartar la mirada.

Los ojos esmeralda de Noiz se encontraron con Mink mientras Koujaku pasaba la cuerda por el pálido torso. Una, dos, tres vueltas... un nudo... otro nudo más. El trabajo de Koujaku era impecable, ya  pesar de la oscuridad no era difícil ver los detalles pues la luna se escurría por la ventana iluminando a Noiz como si fuese un actor bajo el reflector.

El rubio lo miró con complicidad, invitándolo a quedarse para el espectáculo. El japonés también lo miró. Al inicio pareció sorprendido por haber sido descubierto, pero Noiz le susurró algo que Mink no pudo entender al leer sus labios. Koujaku asintió entonces, y reasumió su tarea con una sonrisa, como si las palabras de su esposo fuesen una orden irrefutable.

Mink se quedó mirando fijamente las manos de Koujaku, que continuaban atando la cuerda en intrincados y hermosos nudos. La luna continuó iluminando la noche mientras indiferente a lo que ocurría bajo su manto plateado.

Mink jamás había imaginado que el japonés tenía una afición como esa, y la curiosidad por saber más lo invadió de repente.

No podía sacar de su mente la imagen de Aoba atado de la misma forma

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Notas:

Wow. ¡30 días pasan volando! Les agradezco mucho el haber seguido este pequeño reto y mil gracias por sus follows y comentarios y sobre todo por disfrutarlo conmigo. <3

Midori+Akai. verde y rojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora