Sara estaba esperando a Natalia en el aeropuerto, en una sala privada que les habían facilitado las autoridades. La pediatra sonrió al verla y se fundieron en un sentido abrazo.
- Me alegro de volver a verte.
- Y yo a ti. ¿Está todo listo?
- Todo.
- ¿Saben que voy?
- Saben que va la nueva pediatra, por cierto, vaya nombrecito, ni me he atrevido a decírselo a Germán, ya me imagino las bromas que puede gastar.
- Déjamelo a mí que yo le cerraré la boca. ¿Y Oscar? ¿Te ha sido muy difícil deshacerte de él?
- En absoluto. Ya me tenía inventadas unas pocas de excusas para evitar que viniera a conocer a la nueva, pero no ha hecho falta. Llamó temprano para decir que estaba enfermo, que no vendría a trabajar.
Natalia frunció el ceño y un velo de preocupación tiñó su mirada.
- ¿Ocurre algo? ¿he hecho algo mal?
- No. No, Sara. Es solo algo... que me dijo Isabel antes de coger el avión.
- Nos ha extrañado que lo hicierais antes del día previsto, pero pensé que sería por precaución.
- Sí.
- ¿Seguro que no te pasa nada?
- Seguro. Solo me ha dado mala espina que Oscar se ausente precisamente hoy.
- Es imposible que sepa que estás aquí y mucho más que seas la nueva pediatra. Hemos hecho absolutamente todo lo que nos pedisteis.
- Sí – sonrió – todo esto me ha vuelto desconfiada.
- ¡Y no me extraña! Yo aún no puedo creer que Oscar se haya dedicado a hacer todo lo que hemos descubierto, el contrabando, la guerrilla, los abusos...
- Pues tú ten mucho cuidado, es más peligroso de lo que pudiera parecer.
- ¿Cuándo piensan detenerlo?
- Quieren tener más pruebas contra él y pillarlo con las manos en la masa. Eso me dijo Isabel.
- Espero que sea pronto.
- Yo también.
Las dos guardaron silencio y Natalia lo rompió poco después.
- No sé cómo voy a agradecerte todo lo que has hecho por mí.
- Y por Alba – bajó la voz – además, después de lo que tú hiciste poniendo a raya a Oscar y sacándolo de mi vida, ¡eso sí que no tiene precio!
- ¿No volvió a molestarte?
- Ni una sola vez. Todo educación y corrección. Ni un roce en estos meses. ¡Parece el doctor Jekyll y mister Hyde! Pero a mí no ha vuelto a molestarme.
- Me alegro. Pero de verdad, gracias por todo, si puedo hacer algo más por ti...
- Me basta con que Alba y tú seáis muy felices.
- ¡Es a lo que pienso dedicarme los próximos años de mi vida, a hacerla feliz!
- No dudo que lo conseguirás. Te echa muchísimo de menos, te lo digo yo que la aguanto cada vez que viene a Kampala – sonrió con complicidad – no para de hablar de ti.
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La Clínica
FanfictionAdaptación de una historia muy fuerte pero hermosa... Esta historia original pertenece a Moniatic (Maca y Esther)