Alba no las tenía todas consigo, pero descartó la idea de contrariar los deseos de la pediatra. Si decía que estaba bien, debía aceptarlo, a pesar de que se temía que no fuera así y acabara por vomitar como ya le había ocurrido en varias ocasiones. Sin embargo, al cabo de unos minutos Natalia había recuperado el color y continuaba absorta en todo lo que la rodeaba, señalando a diestro y siniestro todo lo que la sorprendía y avasallando a Nancy con sus preguntas.
Finalmente, llegaron a un claro, en el que había un par de camiones pequeños y dos todoterrenos, Annie estaba allí rodeada de bultos y hombres. Nancy les anunció que era el final del trayecto en jeep. Pararían unos minutos para acondicionar los bultos e, inmediatamente, emprenderían el ascenso a la montaña.
Germán y Nancy descendieron del jeep y Alba hizo lo propio. Natalia permaneció esperando a que la sacaran del vehículo, observando como la enfermera detenía a Germán un instante.
- Voy a ayudar a Nancy – le dijo él al ver que Alba lo frenaba.
- Un momento, quería pedirte algo.
- Dime.
- ¿Qué os pasa a Nat y a ti?
- Eso es preguntar no pedir – le respondió torciendo la boca en una mueca.
- Bueno... quiero pedirte que no te rías mucho de ella, pero también quiero saber qué os pasa.
- Punto uno, no pensaba hacerlo, no voy a reírme de ella, sé lo duro que es meterse ahí dentro – señaló a las montañas – no tenía que haber venido, os lo dije.
- Pero estamos aquí... y no quiero que... contribuyas a que se arrepienta.
- Tranquila que no le quitaré ojo, y no te preocupes que entre Nat y yo no pasa nada. Ya sabes que nos divierte picarnos.
Alba suspiró, vencida.
- Voy a echar una mano – le sonrió – si no quieres nada más.
- No.
- Prepara a Lacunza – le dijo alejándose.
Alba, permaneció un segundo mirándolo y luego abrió la puerta de Natalia.
- ¿Lista para hacer trekking? – bromeó acariciándola con ternura.
- Lista – le devolvió la sonrisa con timidez.
- Ahora empieza lo bueno. Escucha a Nancy y haz siempre todo lo que ella te diga, ¿de acuerdo?
- Sí – asintió arrastrando el monosílabo.
- Si, no – la remedó - Nat que te conozco. Es importante que le obedezcamos en todo.
- Que si Alba, que haré caso en todo – admitió con un suspiro – ¿tan caprichosa soy? – preguntó recordando las palabras de Germán.
- Claro que no, cariño, pero... el trayecto es largo y... la selva es peligrosa, no puedes hacer lo primero que se te ocurra.
- ¡Pero qué quieres que haga si soy un fardo! – respondió airada – y por cierto... ¿cómo subiré yo? – susurró paseando su vista por todos aquellos hombres que estaban colocándose arneses en la espalda.
- Te llevarán dos de los porteadores, han contratado un par más – le dijo mientras le metía los pantalones por dentro de los calcetines y cogía un chubasquero para ponérselo.
- Pero es demasiado peso y... hay muchos bultos – le dijo observando todo lo que estaba preparado.
- ¿Por qué crees que han contratado a tantos hombres? Necesitan todo el equipo para la filmación, y van a estar allí arriba tres meses, hay que llevar provisiones, agua, armas, utensilios, y lo más importante las tiendas.
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La Clínica
FanficAdaptación de una historia muy fuerte pero hermosa... Esta historia original pertenece a Moniatic (Maca y Esther)