Capítulo 120

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Natalia se quedó con la vista fija en el sobre que había dejado su madre. Con desprecio lo cogió y lo lanzó a la papelera. No pensaba ver nada que procediera de ella. "Mi madre" pensó, "mi madre", nunca había sido con ella una madre, siempre había echado de menos aquellas cosas que escuchaba a sus amigas, nunca había recibido ni caricias, ni besos, ni abrazos, "hacen débiles a las personas y tú eres una Lacunza, serás digna de llevar ese apellido", en las noches de insomnio y miedo nunca había recibido su cobijo, nunca la consoló tras una pesadilla, muy al contrario siempre fue regañada por llorar, "son sueños, y son mentira, eres una Lacunza, y los Lacunza no lloran por tonterías", instintivamente ese recuerdo le hizo enjugarse las lágrimas que estaban a punto de rodar por sus mejillas. Nunca había escuchado un cuento de sus labios, recordó con cariño los días en que enfermaba, solo entonces su madre parecía ablandarse con ella, solo entonces le regalaba algún mimo, solo entonces le permitía alguna debilidad. Recordó como anhelaba estar acatarrada y como en las frías noches de invierno se levantaba descalza, con sigilo y a escondidas, para salir al jardín y permanecer allí el tiempo suficiente para terminar tiritando y corriendo al abrigo de su cama.

Había escuchado muchas veces decir a sus amigas y compañeras que su mejor amiga era su madre. Nunca pudo decir lo mismo. Siempre había sido distante, dura, inflexible. "Los halagos hacen débiles a las personas, solo las críticas te harán mejorar, solo así podrás afrontar los desafíos que te impondrá la vida". Tenía la sensación de que nunca había estado de su lado. De que nunca la había apoyado de corazón. ¿Por qué había esperado que en esta ocasión fuera diferente? no lo sabía, quizás porque nunca había perdido la esperanza de que por una vez en su vida, dejara de pensar en su posición en el dinero, en el escándalo y ser simplemente su madre. ¡Si supiera cuánto había deseado que la abrazara y le dijera que todo iba a ir bien! ¡Si supiera lo mucho que había esperado sentirla a su lado! ¡lo mucho que había anhelado escucharla decir que no se sintiera tan sola como se sentía! Le gustaría poder sentir aunque solo fuera un instante ese calor del que había escuchado hablar, ese apoyo incondicional, esa sensación de que su protección paliaría el dolor que la ahogaba. Pero no, a cambio solo había obtenido reproches, órdenes, recriminaciones, y un desdén que le pesaba como una losa.

Apoyó los codos en la mesa, y perdió el rostro entre sus manos, deseando que todo pasara cuanto antes. Deseando despertar de esa pesadilla devastadora y cruel.

María había salido del despacho con la sensación de que al final su hija daría su brazo a torcer y apoyaría a Mikel. Solo tenía que abrir ese sobre y quizás entonces viera las cosas de otra forma. Se detuvo en la puerta, Teresa que se había sumado al grupo acudió a su encuentro, mientras las demás permanecían en la distancia. Cruzó una mirada con Alba que la desvió con rapidez. Aún se encontraba hablando con la recepcionista, cuando Vero salió del despacho de su hija y vio cómo se acercaba a ellas.

- María, disculpe un momento, necesito saber qué ha hablado con Nat.

- No pienso decirte de qué hemos hablado – la miró despectivamente como si no diese crédito a su petición.

- Nat está muy alterada. Es muy importante que sepa qué le ha dicho para... que se encuentre así.

- No pienso decirte nada. ¡hasta ahí podíamos llegar! además tengo prisa, debo regresar a Sevilla cuanto antes – la dejó con la palabra en la boca y se volvió a Teresa – lo que te decía, Teresa, que espero que me mantengas informada.

Sin escuchar respuesta se dio la vuelta y se dirigió a las demás.

- ¡Alba! quiero hablar contigo.

La enfermera la miró sorprendida y dudó un segundo, lo último que deseaba en esos momentos era un enfrentamiento con María, bastante le dolía ya la cabeza como para aguantar sus desplantes, pero Laura la empujó discretamente hacia ella. María la agarró del brazo y la separó de las demás. Mientras Vero hacía todo lo contrario y se unía al grupo.

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