C A R O L I N A
Agustín comenzó a contar lo que había pasado todos esos años, y yo solo lo observaba atenta, mi atención estaba plenamente en sus palabras, yo no decía nada, mi mente aún se encontraba procesando todo lo que decía.
Minutos después de que terminó de hablar y explicar todo, yo seguía muda, sin saber que decir, tenía muchas dudas, pero no sabía cómo formularlas.
- O sea que, en realidad ¿Siempre te gusté? - Pregunté sin entender.
Soltó una suave risita y pasó una de sus manos por el cabello.
- Sí, me costó un poco darme cuenta, pero siempre sentí algo - Respondió con una sonrisa.
- Y, ¿Por que cuando te dije que me gustabas me ignoraste? - Mi ceño se arrugó.
Soltó un suspiro y se acercó un poco para tomar mis manos entre las suyas, sus ojos fijos en mi.
- Estaba algo confundido con nuestro distanciamiento, y cuando no te acercaste para hablarlo conmigo en persona, creí que se trataba de una broma, nunca creí posible quete fijaras en mi - Con su pulgar acarició las palmas de mis manos, en un gesto dulce y tierno.
Guardé silencio por unos segundos, sin saber si decirle o no lo que tenía en mente, cuando creyó que no diría nada, hablé.
- Era verdad, me gustaste desde tercero de primaria, así que ya te imaginarás - Solté apenada, mis mejillas tomando un leve color carmesí. Su mirada se tornó sorprendida.
- ¿De verdad? - Su sorpresa fue notoria, pero pude sentir un tono de emoción en su voz, bajé la mirada a nuestras manos entrelazadas.
Con una de sus manos sujetó ambas de mis manos y con una levantó mi mentón, mirándome con una sonrisa. Con sus dedos acarició un mechón de mi cabello, colocándolo detrás de mí oreja.
- Yo no sabría decirte desde que momento comenzaste a gustarme, pero ten por seguro que desde que te conocí te me hiciste una niña muy linda, siempre hubo un brillo en ti que llamo mi atención desde el principio - Una sonrisa se formó en mis labios y acercó sus labios a mi rostro, para luego plantar un tierno beso en mi mejilla.
- Ahora entiendo un poco, por eso las miradas a cada rato, eh? - Golpee su hombro divertida.
- ¿Te diste cuenta? - Preguntó divertido pero algo avergonzado.
- Honestamente... no. Pero mis amigas sí, eran ellas las que me decían - Reí al recordar aquellos momentos - Aunque admito que varias veces no fuiste nada discreto. Casi se te torció el cuello en varias ocasiones - Solté una pequeña carcajada, al recordar un momento en específico.
- Sí, bueno en mi defensa... nada, solo me gustaba verte. Aún me gusta - Sí, eso podía confirmarlo, lo había descubierto varias veces observándome cuando estaba distraída.
- ¿Y eso por que? - Tal vez era algo obvio, pero quería escucharlo de él.
- Porque me gustas - Dijo sin más- Me gusta como luces cuando estas distraída y pareces tan tranquila y en paz, cuando estás concentrada y haces pucheros con los labios inconscientemente, cuando sonríes y tus ojos brillan, cuando te ríes y se te achican los ojitos, cuando te enojas y arrugas el ceño. Me gusta ver absolutamente todo de ti, porque eres tan jodidamente hermosa sin esforzarte por serlo, solo con ser tú - Mi sonrisa en esos momentos no podía ser más grande, tomé su rostro con mis manos y comencé a dejar besos por toda su cara: sus mejillas, su frente, nariz, mandíbula.
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Descifrando miradas [TERMINADA]
Teen FictionHISTORIA AGUSLINA. Ambos se conocen desde preescolar, especificamente, desde los cuatro años, todo iba bien, eran compañeros, tal vez hasta amigos, hasta que todo cambia por un mensaje, empiezan las miradas y las confuciones, las cuales Carolina no...