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Narra Carolina Kopelioff:

Ya habían pasado varias semanas, semanas en las cuales no había ocurrido nada digno para contar, sí, lo había visto, e incluso había ido a mi salón de clases en dos ocasiones, lo raro no había sido eso, si no, que... no había sentido los mismos nervios que antes.

En ocasiones no sabía ni que sentía, había días en los que, sí, lo quería ver, pero cuando lo veía, era como si fuera cualquier otra persona, como si ese sentimiento y amor que sentía por el se escondiera dentro de mi, tan bien, que incluso yo dudaba en si lo había olvidado, o seguía dentro de mi corazón; pero había otros días, en los cuales ni siquiera lo veía o no asistía a la escuela, y era ahí, donde mi estado de ánimo cambiaba, me sentía incompleta, por mas cliché o estúpido que sonara.

Saben? Había noches en las que no podía dormir y me ponía a pensar, específicamente en él, en ese chico tan imperfectamente perfecto; lo que mas me dolía de nuestra situación era que... prácticamente nos conocíamos de toda la vida, desde los cuatro años, y, ahora... parecíamos simples desconocidos, sin dirigirnos la palabra, y solo mirándonos desde lejos, lo raro había sido que, el primer día, después de regresar de vacaciones de invierno, al estar en el receso y verlo de reojo a unos cuantos metros de distancia, sentí su mirada penetrante clavada en mi varias veces en el descanso, y yo no era de esas personas las cuales sentían cuando las veían mucho, no, todo lo contrario, yo nunca había sentido eso, hasta hoy.

Pero después de eso, no había pasado nada mas; les mentiría si les dijera que no e tenido ganas de volver a acercarme a el y hablarle, por que han sido muchas veces las cuales había pensado eso, el problema ya no solo era el de mi miedo y nervios a hacerlo, también era el hecho de que, según yo, ya tenía novia, y si no eran novios, estaban en eso. Y  sí, esa chica, la cual tenía la suerte de estar cerca de el, hablarle y estar en su corazón, era Agustina, Agustina Agazzani, pero siendo franca... no la odiaba, en lo absoluto, de hecho, entendía el hecho de que se fijara en ella y no en mí, ella era linda, con una gran personalidad, buen cuerpo y sociable, yo era todo lo contrario, fea, tímida, cuerpo... iugh, y super cerrada.

Y con esos pensamientos, me levanté de mi cama, donde estaba acostada desde hace quince minutos, mire hacia mi mesita de noche y tomé ese cuaderno entre mis manos, necesitaba algo que me distrajera, pero creo que lo único que hacía era recordarlo aún mas.

La abrí y comencé a leer internamente:

"Siempre que te veo mi mundo se detiene, pero a la vez, siento que pasa volando. Cuando me volteas a ver y te me quedas viendo... siento una especie de nervios y emoción mezclados. Nunca puedo verte directamente a los ojos a los ojos (por lo menos, no a proposito), por que siento que me perderé en ellos.

Ese cabello tan lindo que al verlo mojado te da ese no se que, que me encanta.
Pero toda esa alegría se acaba cuando te veo con alguien mas, pero aún así... no me importa, mientras tu seas feliz, no hay ningún problema para mi.

No sé que es lo que sientas tu hacia mi, pero... yo te quiero muchisimo, te lo puedo asegurar con toda mi alma y mi corazón. Eso y mas, es lo que siento por ti".

Sí, tal vez no sea la mejor poeta de todas, pero simplemente era lo que decía el trozo de papel.

El problema es que no sabía que mierda hacer, aunque, como últimamente no había ocurrido nada con el, era como si, de alguna manera, me estuviera dando por vencida y que las posibilidades de que hubiera interés de su parte hacia mi , desaparecieran lentamente, más al saber que tal vez, era por el hecho de que ahora tenía a Agustina a su lado y no necesitaba nada mas, mucho menos a mi, solo espero que esto me ayude a poder olvidarlo, o por lo menos superarlo y sacarlo de mi corazón.

Espero.

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Sé que este es algo corto, pero no se preocupen que el que sigue será un poco mas largo y tal vez lo suba mañana.

MYA♡

Descifrando miradas [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora