Escúchame, por favor escúchame. Sé que puede sonar muy mal lo que digo, pero tengo que sacar todo lo que siento de mi sistema. Algo, una voz, mi consciencia o lo que sea que nos torture a los humanos que tomamos malas decisiones no me ha dejado en paz. Lo escucho... la escucho, porque es una ella, en realidad, soy yo misma. Me escucho, me repito una y mil veces que debería ser yo la que termine en un cajón bajo tierra y no el hombre que amo. Es mi culpa, tengo que pagar por mis pecados, por mis errores, por mi imperfección. Si alguien más tiene que sufrir... no quiero estar aquí para verlo. Estoy atrapada en un laberinto sin salida. Me ahogo en un mar de lágrimas... y no todas son mías. He hecho que varias personas la pasen muy mal, y lo único que he conseguido es cumplir mis caprichos. Tú has estado conmigo durante toda mi historia, me has escuchado, has intentado comprender mis acciones, en tus manos puse mis pensamientos, mis sensaciones, ¿no podrías tú decirme la respuesta a todo? He estado meses y meses intentando tomar las mejores decisiones, he intentado hacer las cosas bien, ayudar al que me necesite, siempre sonreír, siempre buscar una solución. La mejor solución. Yo. Todo lo he hecho yo. He tenido que cargar un peso sobre mis hombros que creía tenía controlado, pero la noticia de Sebastian me ha ganado el duelo. Es más fuerte que yo. No poseo la capacidad para seguir luchando, para mostrarme con ánimos de seguir. Me ha costado asimilarlo desde que pasó, no puedo evitar llorar cada vez que me acuerdo de esas palabras. Me gustaría hacer algo, lo que fuera, pero me siento tan impotente. Como siempre, me siento inútil, inservible. Tú, que estás aquí de nuevo, cara a cara conmigo, ¿podrías, por favor, tratar de no juzgarme? No puedo imaginar a la persona que amo bajo tierra, porque siento, en lo más profundo de mi ser, que todavía tenemos mucho tiempo por delante, para estar juntos. Cuando tenía mi corazoncito intacto jamás imaginé que amar pudiera doler tanto. No se trata sólo del daño que puede hacerte la otra persona, sino también de todo lo que sufre uno cuando se da cuenta de que, tal vez, uno es el que más ha lastimado en la relación. Quiero darle mi mejor versión, en serio que sí, pero ¿cómo puedo hacerlo cuando mi mejor versión es pésima? Mi mejor versión comete tanto errores, que ahora no sé cómo solucionarlos todos, ¡necesito solucionarlos todos! Ayúdame, por favor, ayúdame. Dime algo, dame alguna salida. Me he portado bien, ¡lo juro! Me has visto, has visto cómo lo he intentado, me has acompañado en el proceso, sabes cosas que nadie más conoce de mí, ¿no he hecho un buen trabajo? Me esfuerzo igual que todos, quiero mi final feliz aunque no lo merezca. Sé que no lo merezco, ¡mírame! Doy un paso hacia adelante y retrocedo dos, así no puedo ir a ninguna parte, pero me gustaría llegar a un destino, al que sea, así tenga que andar de espaldas todo el tiempo. Aunque he tenido el apoyo de mis amigos todos estos días e incluso Luca se ha quedado hasta tarde algunas noches en las que lo único que hago es llorar, no han podido ayudarme. Sus esfuerzos son en vano... supongo que igual que los míos, ¿no? Tal vez... ese sea el destino verdadero de todos nosotros: intentar con todas nuestras fuerzas y al final no lograr nada. Nada de esto ha sido sencillo para mí, nada. Desde que esta locura empezó he intentado corregir todo el mal que he hecho, pero al parecer la vida está empeñada en castigarme hasta el final, siento que me va a hacerme arrepentir de cada decisión que he tomado hasta ahora. Eliana se la pasa diciéndome que el universo opera de maneras extrañas, que nos da lo que necesitamos para alcanzar nuestro potencial como seres humanos y que nunca me pondrá una prueba que no pueda superar, pero ¿y si no puedo superar esta? No... ¿y si no quiero? ¡No quiero! ¡No me apetece! ¿Por qué mis amigos no entienden que no quiero esperar a que el tiempo sane mis heridas? La muerte no es una herida que se pueda sanar. Es igual que un corazón roto. Un corazón roto sólo se soluciona con la muerte. Sí. Hace un mes pensaba que todo iba a estar bien, eso me solía repetir a mí misma cuando nadie estaba a mi alrededor para escucharme... ¡pero nada lo está! ¡Nada está bien! ¡Yo no estoy bien! ¡Sebastian no está bien! ¿Cómo lo ayudo?, ¿cómo detengo a sus padres? Tengo que hacerlos cambiar de opinión, pero ya lo he intentado y no quieren ceder... ¡VAN A MATAR A SU HIJO! ¡SE VA A MORIR! ¡Y TODO ES MI MALDITA CULPA! SOY CULPABLE DE TODO LO QUE HA PASADO ESTOS ÚLTIMOS MESES, SUS PADRES NO ME ESCUCHAN, NO QUIEREN ESCUCHAR, ¿Y SI NO PUEDO HACER NADA PARA CAMBIAR SU OPINIÓN AL RESPECTO? NO QUIERO QUE LOS DESCONECTEN, DEBEN DE TENER ESPERANZA, LAS COSAS SE PONDRÁN MEJOR, YO LO SÉ, ¡LO SÉ! SOY LA ASESINA DEL AMOR DE MI VIDA, ¿CÓMO SE SUPONE QUE SIGA ADELANTE SABIENDO QUE NO HICE NADA AL RESPECTO?... me alteré un poco, perdona por gritar. No era mi intención. Trataré de respirar... estoy bien... no debo explotar así, no me hace bien... pero me siento cansada de fingir que esta situación no me está afectando, pero quiero hacer el esfuerzo, quiero sentirme mejor. Mi cabeza no me deja en paz y necesito callar esa horrible voz que me sigue repitiendo que todo es mi culpa, que me merezco esto y más por comportarme como una niñita caprichosa y mimada. Al menos he logrado callar esos pensamientos lo suficiente para sobrevivir a mi última semana de universidad. Voy paso a paso, ¿te parece bien? A mí me parece bien. Sabía que, al menos, no podía fallarle a mis padres, que siempre han trabajado muy duro para darme estudio. Sé que no entregué los mejores trabajos, pero sé que me va a alcanzar para pasar, ya hice los cálculos, aunque no me hayan dado todavía mis notas finales. El semestre está a punto de terminar, mi carrera igual. Quiero empezar una maestría en el extranjero, pero ahora no estoy muy segura de querer irme de aquí, ¿debería intentarlo? No me siento con la fortaleza como para dar media vuelta y largarme de aquí. Ya no. No después de todo lo que he vivido. No puedo dejar a Eliana atrás, mucho menos a Luca, y Sebastian... Sebastian va a estar aquí. Por siempre. No me corresponde otro lugar más que a su lado. Todo esto no deja de darme miles y miles de vueltas en la cabeza, por eso estoy aquí, dispuesta a admitirlo todas las veces que haga falta, porque sé que esto que siento me está destruyendo por dentro, sé que sola no voy a poder con todo esto que me está pasando. Es por eso que hoy acudo a ti para decir lo que todos a mi alrededor quieren que admita: necesito ayuda.
Próximo capítulo: Esa chica, universitaria.
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Encántame
Novela JuvenilLisis ha convertido a Sebastian en un oso de peluche, ahora deberá de encontrar una solución a su problema antes de que sea demasiado tarde y las consecuencias sean irreversibles... Desde que Lisis conoció a Sebastian el semestre pasado en una clase...