CAPITULO 9

6.6K 393 26
                                    

Arly.

Laura Ciaran.

La cabeza me estaba estallando, no me sentía para nada bien, había estado con mareos y viendo cosas que no estaban aquí.

No sé que carajos estaba pasado conmigo.

No quería llamarle al ruso porque no quería explicar nada, solo quería sentirme sola por el momento y tener la cabeza tranquila, sabia que si algo malo pasaba, sabría de inmediato.

Realmente espero que la encuentren porque si no, no se que haré, se no puedo remediar lo que paso, pero no quiero estar más sola de lo que ya estoy, me basto con perder a mi familia.

El ruso solo me llamó una vez y lo agradezco porque si no hubiera estado muy alterada si el teléfono volvía a sonar.

Tampoco quería que notara que estaba mal.

Estoy harta de sentirme así.

Rota, cansada, lastimada.

No dormí por estar esperándolo.

Se venden ojeras gratis.

Sonreí un poco, por las ocurrencias que pienso.

Me levante de mi cama a como pude, apagué la luz de mi habitación para irme a la sala, y cuando caminaba por la sala, la puerta principal se abrió con la silueta del ruso.

En su camisa tenía pocas manchas rojas.

Mi pulso se acelero al mirarlo ahí parado, no dije nada, solo espere a que el me mirara, y sí.

Sus ojos se conectaron con los míos.

Y por primera vez el sonrío y solté el aire, entonces lo entendí.

Un alivio grandísimo se esparció por todos mi cuerpo, que tape mi cara con mis manos mientras los sollozos salían, mientras liberaba todo lo que sentía.

Sentí unos brazos cálidos apretándome hacía un pecho fuerte, él se había hincado a abrazarme, estábamos hincados abrazándonos.

—Ella está bien, Slatkaya. Esta con vida.— me tranquilizo escuchar esas palabras salir de su boca aún que no supiera cómo pasaron las cosas.

Me deje abrazar y de un momento ya no supe de mi.

El olor de su perfume me llenó al momento de despertar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El olor de su perfume me llenó al momento de despertar.

Con los ojos aún cerrados, me di cuenta que está no era mi cama, esta cama se sentía mas cómoda que la mía y el olor estaba totalmente impregnado en las sabanas, en definitiva no estaba en mi habitación provisional.

Abrí solo un ojo y estaba todo negro a comparación de mi habitación que es toda blanca.

Intente levantarme, pero no pude y seguí con la cabeza enterrada en la almohada, no tuve pesadillas, ni siquiera pensé en todo lo que paso, por primera vez dormí bien, sin sentí un peso encima, sin tener pesadillas y sin levantarme en la madrugada.

MI DULCE SALVACIÓN © (2) (¡Completa!)✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora