CAPITULO 13

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Maldita Tensión

Laura Ciaran.

Voltea a tu derecha — ella miro hacía el ventanal — Hola, ¿Puedes volver a casa conmigo?

Mi cara de seguro era un puto poema.

No lo podía creer.

— Laurita ¿Lista para irnos a casa? — me preguntó Julio sacándome del trance.

—Ah espérame Julio, está el ruso afuera. — dije levantando de la silla.

— ¿El ruso? a ver —caminó conmigo hacía la salida pero Julio se quedo ahí y yo caminé.

Chismoso.

Caminé hacía el ruso hasta quedarme enfrente de él, dejando a Julio atrás.

— ¿El quién es? — señalo al señor.

— Julio el dueño del lugar. —murmuré.

— Laura — tomó mi manos que estás estaban heladas, pero sentí ese cosquilleo aparte del calor de sus manos— Lo lamento no quiero que te vayas de verdad estos días no han sido los mejores y tú estás ahí siempre conmigo, lamento no tratarte bien, a veces mi carácter no es el mejor, pero no quería que te sintieras así y el no ver tus cosas hoy, me hizo sentir mal.

Asentí.

— Es que la verdad, no estoy cómoda tu tienes tu espacio y yo lo estoy invadiendo, ayer yo... se que tu tienes tu lugar con las chicas y así, y yo no quiero incomodar, me basto ya con ver a la primera chica.

— ¿Qué chica? — preguntó confundido.

Asentí — No importa, el caso es que ya tengo trabajo y hoy me fue muy bien, Julio quiere que me vaya con él y su esposa, siento que es lo mejor aparte tú fuiste claro y sé que no me quieres ahí, o al menos no desde el principio.

— No, Lau, claro que te quiero ahí, el juicio...— lo interrumpí.

— Se que no ha acabado me lo has dicho muchas veces— espete — solo no quiero invadir más tu espacio, gracias por darme el lugar en tú hogar, pero no Lukyan.

Slatkaya...

— Gracias por buscarme, Lukyan — sonreí.

El no dijo nada, solo me miraba con esos ojos miel.

>> Avisame cuando sea el juicio o acabe y lo que se necesite. — me di la vuelta para ir con Julio, el no dijo nada más, ni siquiera para detenerme.

Cuándo mire hacía atrás el ruso ya no estaba.

Julio cerro el local y me ayudo a subir mi maleta a su carro, el empezó a manejar.

— ¿Estás segura que no quieres volver? Porque me puedo regresar hija, no me molesta.— murmuró.

— El no me quiere ahí, tu mismo me dijiste que no está bien cuando no te tratan bien, aparte yo no estoy pagando nada y su espacio también es importante, ayer salió una chica del departamento y es incomodo.

— Ah ya salió el peine, ¿Estás celosa no es así dulzura?

— Ja, ¿Qué? Yo uff no ¿Por qué debería?— le dije normal.

— Eso dije cuando me empezó a gustar mi esposa.

—Bueno, pero es que él no me quiere ahí.

— Solo estás viendo eso, pero no viste que te busco, que vino por ti para irse juntos a casa porque el no quiere estar solo.

No dije nada y me quede pensado en sus palabras.

>> Haremos esto dulzura, regresaremos y hablaras con el, si no funciona mi casa es tu casa. — dijo con ternura.

Ay mi viejito.

— Bien.

El se dio media vuelta y de regreso a "casa".

— No me dijiste que el ruso tenía sus dotes eh.

— Claro que no Julio.

—¡Oh claro que sí! Yo tengo ojos dulzura sé lo que veo.

Solo negué divertida.

Era verdad siempre tenía camisas de vestir con cuello alto y se miraba muy bien.

Pero ¿Qué estoy diciendo?

Llegamos al departamento en poco minutos y no quería subir, me sentía apenada.

Baje del carro de Julio mientras el me daba mi buena suerte y esperaba, empecé a caminar hacía dentro y una vea que estaba enfrente de la puerta lista para tocar, la puerta se abre dejando ver a Lukyan sorprendido.

— Hola — susurré.

— ¿Qué haces aquí? Tengo entendido que tienes ya otro hogar o eso dijiste.

Su rostro hizo una mueca de enojado, pero lo trataba de disimular.

— Lukyan no te enojes por algo que es verdad, yo estaba de arrimada aquí, lo lamento en serio, no quería hacerte pasar un mal trago buscándome, fue mi error irme, pero no mi error el que me trataras como la nada, se que no te cae bien desde que nos conocimos, no tienes que fingir.

Él solo se me quedó viendo sin decir nada.

>> Tu tienes tu espacio y yo el mío y en serio que durante estos meses me he sentido mejor y menos sola así que quiero proponerte que seamos Roomies y me dejes pagar y estar aquí contigo, no necesitas hablarme si no quieres.

— Bien.

¿Así de fácil?

— No pensé que sería tan fácil.

El acorto el espacio y lo sentí muy cerca de mi — ¿Tu maleta esta abajo verdad? — pregunto y sentí su aliento cerca de mi rostro.

Asentí y me separé un poco para poder entrar en razón.

Maldita tensión.

Caminamos hacía la salida y Julio seguía esperando, le hice una seña y el le dio la maleta al ruso y se dijeron algo, pero no alcancé a escuchar.

Me despedí y subimos de nueva cuenta, dejo mis cosas en mi cuarto y me dediqué a acomodar y volver a poner mi ropa para mañana, estaba muy cansa, el cuidar a niños si llega a cansar.

Hoy me fue fantástico con ellos, cuide a 3 de ellos y es lo mejor de mi día aparte de un ruso buscándome, que aun no me la creo, fue muy extraño verlo afuera y que estuviera ahí por mi.

Sonreí negando y sentí algo raro en mi estómago.

— No quiero a amigos tuyos aquí — murmuró a mi espalda mientras yo estaba ya en la cocina sirviéndome jugo.

— Bien, yo no quiero a tus amiga aquí.— susurré de regreso.

— Bien, nada de amigos tuyos aquí, de la puerta para fuera si, no más bien, de la puerta no, de la cuadra. — sonrió

— Bien.

— Bien — respondió.

— Bien buenas noches — le dije caminando hacia mi habitación.

— Bien buenas noches a ti.

Maldito ruso.

>> Gracias por volver — pare mi caminata y lo mire de reojo por mi hombro.

— Gracias por dejarme estar aquí.

El sonrío y fue lo mas sexy que vi.

NO, NO SE MIRA SEXY LAURA.

Niégate andale.

MI DULCE SALVACIÓN © (2) (¡Completa!)✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora