CAPITULO 26

7.1K 357 114
                                    

Modo Fiera.

Laura Ciaran.

Si la casa era gigante la habitación de Lukyan era aún más, muy preciosa de colores neutros, una ducha impresionante y la verdad que envidia, aquí es cuando me doy cuenta de lo que necesito para nuestro departamento y en definitiva si es una tina y un jacuzy.

No sé porque Joey no puede actuar bien que es eso de ¿Dame la mano? Hasta creo que Lev se río de lo que dijo.

Siento que esto no va a a funcionar para nada y me va a descubrir aún que no fuera mi plan y Joey empezara con la mentira.

Aparte que estoy nerviosa porque la cama no es muy grande que digamos, todo muy bonito, pero ¿Por que la maldita cama no es grande?

— Laulau ¿Puedo pasal? — Lucian interrumpió mis pensamientos, el ya estaba dentro de la habitación.

Sonreí ampliamente — Dame un abrazo — corrió y me abrazo. — ¿En dónde estabas?

— Con el cabezota, estaba un poco tliste y le di un ablazo.

¿Triste?

— ¿Por qué estaba triste? y Lukyan no es cabezota, él tiene nombre.

Me ignoro completamente y siguió platicándome — Cabezota milaba la foto de sus papitos y les dijo que lo sentía mucho y pues yo le dije que al igual que mis papitos los suyos estalían olgullosos de el. — sonrío.

El nudo se me formó en la garganta, no me di cuenta de la foto, tampoco el ruso me contó de sus padres, pero es verdad, en ningún momento me ha hablado de ellos, pero yo tampoco lo presionaría, sé que no es fácil.

— ¿Y que te dijo?

— Me dio un ablazo y me dijo que estalían olgullosos del cabezota y de mi.

Sonreí porque me encanta que le diga cabezota, le queda tan bien ese apodo al ruso.

Por ser un imbécil caliente.

Pues caliente sí que lo es, cariño.

>> ¿Me das un Blownie?

— ¡He creado a un monstruo! ¿Ó sea que viniste por eso? Me siento estafada — sonreí, pero negué con la cabeza.

Asintió.

>> Después de que comas.

— ¡Ay Lau! — rezongó.

— Ve a ponerte un suéter.

Se salió de la habitación con la cabeza agachada.

Empecé a acomodar mi ropa en el armario junto a la de Lukyan que ya estaba ahí, pero la ropa que el traia aún estaba en su maleta así que empece a ponerla también en el armario.

Este hombre caga ropa, yo contrabajos tengo unos jeans y ropa de vestir.

Una ves que termine, mire hacía la ventana que estaba ahí, estaba blanco afuera por la nieve y créanme que hacía mucho frío, pero era hermoso porque la luz que entraba por los ventanales me encantaba, me daba paz.

Tal vez no fue buena idea venir con Lucian y ¿Si se enferma? o ¿Le pasa algo?

— ¿En que piensas, Stlakaya?. — su voz ronca sonó detrás de mí haciendo que mi piel se erizara.

Odio ese efecto en mi.

Odio que el pueda hacerlo.

Y otra vez esa jodida palabra.

MI DULCE SALVACIÓN © (2) (¡Completa!)✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora