MI DULCE SALVACIÓN © (2) (¡Completa!)✔

EXTRA II

Jamás me lo permitas.

Lukyan Korolev.

— ¡NO ME HABLES LUKYAN! — su gritó enojado desde el baño me hace respingar.

Camino hasta el baño, pero me cierra la puerta en la cara.

— Cuando llegue, oyeme bien Laura, vamos a hablar.

— ¡Callate y vete!

Cambie el tono de voz — Dime que pasa mi amor...

— Vete.

— ¿Soy yo?

— No.

— Entonces ¿puedo pasar?

— No.

— Saldré, pero llego en unas horas.

— Bien.

— ¿Quieres donas?

—Si, por favor con relleno de chocolate, brownies y las papas que nos gustan. —susurró, pero la alcance a escuchar.

— Te amo, dulzura.

— Y yo, ahora vete.

Esta mujer me tiene loco.

Salgo de la habitación y dirijo a la salida para subirme a la camioneta.

— ¿Ya te dijo que tiene?

Lev que está sentado en el asiento del copiloto con una ceja alzada que me mira curioso.

— No.

—Es el embarazo.

— Hoy cumple 3 meses y no quiere que esté con ella.

— Respeta su decisión, pero no la dejes sola mucha tiempo.

Asiento y enciendo el coche para ir en dirección a ver a Nikolas.

Por mientras se quedará aquí arreglando los papeles de su nuevo liderazgo.

Lev me acompaña puesto que tenemos que firmar como hermanos que somos familia de ellos para poder quitar todas las deudas.

Miró la carretera y niego.

— ¿Por qué no quiere que esté con ella? — suelto al aire.

— Cambios de humor — se encoge los hombros

— Pues sus cambios de humor están de la re puta mierda.

— Los tuyos también.

Hago una mueca — No es verdad. — Bufó.

— ¡Oh cállate hermano!

No respondo solo sigo con mi vista fija en la carretera, estoy molesto porque en la mañana todo estaba bien, solo fui por el desayuno para ella y todo exploto.

Se que es el bebe, pero no salió de su cama y sus ojos estaban rojos.

Se que había llorado, más no me quiere decir porque.

Me tenso y aprieto el volante, es increíble que hoy, hoy exactamente se hacen 3 meses, su pancita apenas se asomaba y sonreí de lado recordando ayer lo que hicimos.

Aclaro que no es apto para menores.

>>Hermano te pasaste 3 calles.

Rodeo lo ojos.

— Cállate, no me di cuenta.

— Si claro, no me di cuenta en las piernas de Laura de seguro.

—Ya, ya ya.