Capitulo 59: "Me voy"

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El ambiente está tenso, y no se que hacer después de lo que me ha pedido Christopher. Es un sueño de verdad que lo es pero es tan difícil y complicado todo, acabo de cumplir veinte años, tengo metas, sueños y no sé si son al lado de el, ha pasado muy poco tiempo y creo que no estoy lista para irme a vivir a Miami o viajar por todo el mundo.

Me gustaría tanto un consejo en estos momentos pero no se que hacer.

Christopher me ha dejado sola, en la gran sala, solo hay unas pequeñas luces prendidas. Y estoy en un país que no conozco sola, sin él a mi lado. Que pasaría si discutiéramos o peleáramos en otro país? ¿Me dejaría sola como lo ha hecho ahora? No puedo permitirme esto, se que no lo merezco y también se que debe estar enojado conmigo pero es que...¿qué puedo hacer? Pienso y pienso mi mente no deja de maquinar y no se que carajos hacer.

Ni si quiera sé en qué habitación esta Chris y  al menos hay ocho habitaciones y no sé cuál es en la que está el, tampoco tengo sueño. Tomo mi celular que ni he querido revisar ya que mis seguidores en Instagram han subido tanto como los mensajes de odio, los mensajes directos y todo lo demás. Veo la hora y son las once menos cuarto de la noche. Y se que no puedo estar acá, necesito aire y despejarme. Decido salir y camino hacia la puerta principal abriéndola con cuidado, no quiero despertar a alguien si es que ya se durmieron.

Veo el auto en el que salimos con Christopher hoy y quiero ir a dar una vuelta, y iré a dar una vuelta, el gps podrá llevarme donde yo quiera, pero necesito las llaves, tendré que devolverme y pedírselas a Christopher pero sé que no me las pasará y tampoco sé dónde está.

Camino mirando el auto y sopesando mis opciones, escucho el sonido de agua correr y camino hasta donde me lleva el sonido.

Hay un jardín lleno de figuras de yeso y mármol talvez, entre ellas hay muchas flores de distintos tipos, logró divisar algunos colores, hay rosas rojas, amarillas, blancas, y rosadas. Hay hortensias cubriendo el lugar y también logro ver algunos girasoles.Hay más pero no sé sus nombres aún así los colores vibrantes son muy llamativos.

Esta ahí Don Stefan regando tranquilamente y yo me pongo al lado del mirando lo que hace.

—Buenas noches Señor —digo y don Stefan hace una reverencia, agachando su cabeza.

—Buenas noches señorita, ¿No puede dormir? —pregunta y sonríe amablemente, niego con mi cabeza.

—La verdad nop —digo —Me gustaría salir a pasear —comentó y él sonríe dándose unas palmaditas en los costados de su pantalón, mientras sigue tirando agua y regando el jardín.

—¿Quiere que la lleve a algún lugar? —pregunta generoso.

Y aunque es buena idea necesito salir sola, pero también quisiera un consejo y tal vez este señor que no conozco de nada de pronto me parece buena idea, sin pensarlo más acepto.

—Me gustaría conocer la playa. —suspiro y él sonríe amablemente.

—Sería un verdadero gusto llevarla a conocer señorita, tengo unas llaves de repuesto —dice, y me parece muy majo —Voy a terminar con esto y la llevo ¿Le parece? —levanta una ceja y se ofrece con respeto.

—Está bien —digo agradecida.

—Debería ponerse algo ya que en la playa suele ser más frío que aquí —explica— Abriguese —pide y asiento.

—Ya vuelvo —camino hacia la casa y cuando entro veo a Christopher vestido solo con un pantalón corto, sin camiseta. Está sentado en el taburete y puedo ver su espalda blanca con la tinta negra cubriendo partes de su piel. Su respiración es irregular y me gustaría saber porque, me acerco con cuidado y me pongo a su lado.

—Hey —digo nerviosa, pero no me mira ni me responde. —Christopher —insisto.

—¿Qué quieres? —dice mal educado. No me gusta verle así, y escucharlo así menos, sigue enojado, se pasa las manos por el cabello despeinándose, girando el taburete sobre sus pies, intento conectar con sus ojos pero no hay caso, levanto mi mano para acomodarle el cabello y me la toma desde la muñeca. —No me toques —gruñe con acidez y es la primera vez que lo veo así, me aprieta e intento safarme de su agarre pero no me suelta, no me duele pero es incómodo y me asusta un poco.

—Suéltame —pido y el niega con su cabeza —Quiero irme —chillo alzando mi voz y se ríe burlón apuntando la esquina de la cocina.

—Pues vete a la mierda —escupe soltándome y dirijo mi mirada a la esquina viendo mi maleta allí.

¿Me esta echando? No puedo creerlo, mi corazón cae desbocado al piso y no puedo creer ni entender que solo por no querer vivir con el entonces ya no significó nada para el.

—Mírame Christopher —lloro y me pongo frente a él, refunfuña molesto y no me mira —¡Que me mires carajo! —chillo y lo tomo de la cara y obligándolo a mirarme a los ojos. Me mira, sus ojos están rojos e hinchados, ha estado llorando, se me parte el corazón al verlo así. —Si me voy no pienso volver ¿me oyes? —grito y él asiente con la cabeza.

—Solo vete —exige —Ahí están tus cosas, no quiero volver a verte —dice y por su tono de voz se que está herido.

—No entiendes nada de la vida —las lagrimas corren por mis mejillas y no cesan —No es que no te quiera solo que no estoy lista aún, no es tan difícil —intento explicarme pero es como hablar con una pared, esta quieto y mirándome a los ojos y me doy cuenta que lo tengo agarrado de las mejillas aún, mis uñas están enterradas en sus pómulos y me percató de ello cuando me toma las manos y las quita de un solo movimiento. Veo el dolor en sus ojos y se que la he cagado, la he liado y ha sido sin querer hacerlo.

—Ten —dice confundido y me pasa dinero.

—¿Para que es esto? —pregunto confundida y el levanta los hombros restándole importancia.

—Para que veas un pasaje de avión —suena decepcionado pero sigue quieto y tenso

—Pero yo... Christopher por favor, lo siento no quise, yo... —ruego y me acerco a abrazarlo pero él no mueve un músculo —No quise hacerte daño —lloro y el asiente dándose por vencido conmigo.

—Lo se nena, lo sé —se lamenta, y me abraza, no me había dado cuenta del frío que tenía hasta que sus brazos me envolvieron. Puse mi nariz en su cuello y aspiré su olor, y se que es la última vez que lo sentiré.

—No quiero dejarte —lloro desconsolada y el me acaricia despacio el rostro.

—No quiero obligarte a estar conmigo si no quieres, y prefiero que nos separemos, no creo en las relaciones a distancia —explica distante, y se que con Christopher no hay grises, todo es blanco o negro. Y hoy en este momento todo pasa a ser negro.

Tomo el diamante que tengo guardado en mi bolsillo y se lo entrego a Christopher.

—Devuélveselo a la señora Piedad, me lo dio y se que lo hizo porque pensó lo mejor, pero no puedo recibirlo. Se que me entenderás. Perdóname —digo secándome las últimas lagrimas y me separo de Christopher sin mirar atrás —Me voy —tartamudeo y el asiente.

Camino hacia mi maleta, la abro para sacar algo para abrigarme, cojo una chaqueta, el pasaporte y lo necesario para irme y salgo cerrando la puerta.

Sin retroceder, sin mirar atrás.

Se acabó

De ser el mejor cumpleaños pasó a ser el peor solo en unos segundos.

Al salir veo al señor esperándome dentro del auto. Arrastró mi maleta y él se baja para ayudarme, me mira con melancolía y no me imagino lo débil que debo verme y parecer.

—¿Donde la llevó? —pregunta forzando una sonrisa y lo miro llorando.

—Quiero ir a la playa —pido— Y... luego... yo... aeropuerto —balbuceo y el asiente poniendo en marcha el auto.

Las lágrimas nublan mi visión y no me percato del tiempo qué pasa hasta que aparcamos.

Contigo o sin ti -EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora