Contigo o sin ti -EDITANDO

Capitulo 36: "Hay mucho que no sabes"

—¡Vamos cuchu! ¿a que te refieres con eso? —preguntó Rebecca mirandome confundida.

—Es complicado de explicar en realidad Becks, hay mucho que no sabes —murmuré mordiendo mis labios nerviosa.

—Isaaa —murmuró arrastrando mi nombre —Sabes que puedes confiar en mi cuchu tonta, ¿cuanto tiempo llevamos trabajando juntas? —preguntó mirandome y rodando los ojos.

—Mucho, y lo sé pero es un secreto muy guardadito que tengo —susurré levantando mis manos en señal de defensa.

—Puedo guardarlo tú lo sabes tontita, puedes confiar en mi Isabelita —insistió sonriendome y asentí con mi cabeza.

—Bien. ¿Sabes dónde está mi novio? —pregunté estirando mi cuello y buscándolo.

—Fue a entregar pedidos, no está aquí, puedes decirme lo que quieras tranquila
—murmuró sentandose al frente de mi escritorio y tomando mis manos, transmitiendome toda la confianza que podia a traves de sus gestos.

—Tienes que jurarme que no le diras a nadie Becks, porque llevo seis meses ocultandolo y en realidad esto no es fácil para mí —musité mirandola con atención.

—Te lo requete juro amiga
—aseguró mirandome con sus ojos bien abiertos y asintiendo con su cabeza —Por la garrita
—susurró y estiró su dedo meñique mirandome ansiosa.

—Por la garrita —susurré y estiré mi dedo haciendo la promesa.

La garrita vale más que mil palabras asi qué aquí vamos.

—¿Recuerdas que hace seis meses yo mande una licencia médica por una semana?
—pregunté.

—¡Si que me acuerdo! me hiciste muchisima falta
—murmuró.

—Esa semana me fui a Miami
—murmuré mirandola nerviosa.

—¡Oh¡ ¿de verdad? ¿eso quiere decir que no estabas enferma del estomago como decía la licencia? —preguntó mirandome extrañada.

—Nop, no estaba enferma
—confesé mirandola de manera inocente.

—¡Vaya! tontita, al parecer no eres tan tontita —murmuró burlona y me sacó la lengua.

—No soy tonta —murmuré rodando mis ojos y riendome.

—Si lo se cuchu, es solo qué me gusta joderte, ahora cuentame tú super historia, a todo esto ¿no me trajiste algún recuerdo? osea es lo mínimo que pudiste hacer —susurró levantando sus cejas mirándome de forma astuta.

¡Calmate! me reí por la forma de ser de Rebecca siempre ha sido tan atarantada, pero eso es lo que me gusta de ella, su alegría y su forma de ver las cosas.

—Tontita pareces tú
—murmuré riendome —Para no alargarte tanto la historia te haré el cuento corto, tiene que ver con cnco.

—¿Con cinco? —preguntó arrugando su nariz —No me digas que te los encontraste, ay cuchu ¡que alegria! de verdad me alegro tanto por ti
—murmuró feliz y se acerco para apretarme las mejillas
—Ay Isabelita que bien ¿y tienes fotos?

¡Maldita sea! ¿porqué no me deja terminar? quizas no sea tan buena idea contarle mi historia después de todo.

—¡Rebecca! —levanté el tono de mi voz mirandola enojada y quite sus manos de mi rostro.

—¡Ay! ¿que pasa Isabelita? ¿porque te enojas conmigo?
—preguntó mirandome triste.

—No me dejas terminar
—gruñí, fastidiada, dandole una mirada de pocos amigos.