45. "Dos hombres, un camino"

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Al cruzar las puertas del club, la música me golpeó como un puñetazo en el pecho. El bullicio y la penumbra creaban una atmósfera electrizante que me hizo fruncir el ceño. Escaneaba la sala con la mirada, buscando los rostros familiares entre la multitud.

Al fondo, junto a una mesa repleta de bebidas, encontré a mis amigos. Camila, Daniel y Katerín estaban sumergidos en una conversación animada, sus risas resonaban por encima de la música. Daniel, con una sonrisa pícara, parecía ser el centro de atención.

Me acerqué a ellos y Camila fue la primera en notarme.

—¡Hey, viniste! —exclamó, su voz casi ahogada por el ruido. Asentí con una sonrisa y me uní a su grupo.

—Siéntate, Susan, y cuéntanos todo sobre tus vacaciones —propuso Daniel, haciendo un gesto hacia la silla vacía a su lado. Obedecí y comencé a narrar mis aventuras, detallando cada momento con entusiasmo. Mis amigos escuchaban con atención, sus expresiones cambiando con cada palabra.

—Ay, pobre Susan —lamentó Katerín con un gesto compungido—. Debes estar muy confundida con todo esto de tus sentimientos. Volver a ver a Mat después de tanto tiempo... ¡Si fuera yo, creo que enloquecería! ¡Dos amores! Es como en esa telenovela, ¿cómo se llamaba? 'Dos mujeres, un camino'. ¡Y a ti te tocó elegir entre dos! 'Dos hombres, un camino', ¡wow! ¡Qué lío!

Camila, con su habitual desparpajo, intervino.

—Escoger entre dos chicos puede ser un fastidio, pero si quieres elegir bien, lo mejor es fijarse en quién te hace sentir más a gusto en la cama.

Abrí los ojos de par en par.

—¡Pero Camila! ¡Eso es absurdo! No se puede elegir a alguien solo por eso.

—Tú solo piensas en sexo, Camila —replicó Katerín—. Susan es mucho más sensible que tú.

Daniel levantó la mano, pidiendo la palabra.

—¿Puedo opinar?

Sonreí.

—Por supuesto, Dani.

—Creo que Susan eligió muy bien, y no lo digo solo porque Marco sea mi amigo. Ese tal Mat fue un patán contigo, y aunque pidió disculpas, creo que su tiempo ya pasó. Estuvo bien que te dieras una oportunidad con Marco. Él te ama, lo sé porque muchas veces, borracho, me lo confesó. Y cuando hablaba de ti, sus ojos brillaban de una manera tan cursi que hasta a mí me daba ternura. Pero es un chico que merece ser feliz, al igual que tú, Susan.

Camila, Katerín y yo nos quedamos boquiabiertas ante sus palabras. Camila fue la primera en reaccionar.

—Qué repertorio, Daniel.

Katerín añadió con una sonrisa.

—Eso es lo más interesante que has dicho en tu vida.

Me reí.

—Daniel, gracias —le dije, devolviéndole la sonrisa.

—Lo sé, lo sé. Ahora me retiro —dijo Daniel poniéndose de pie y señalando hacia la barra—. Mis ojos de águila acaban de ver a una chica guapa.

Camila rodó los ojos.

—Tenía que arruinarlo con eso.

Un rato después, Camila desapareció con un chico que la invitó a bailar. Katerín volteó los ojos.

—Camila es muy fácil. Cada fin de semana está con alguien diferente.

—Dice que le gusta vivir la vida —respondí con una sonrisa irónica.

Katerín y yo seguimos sentadas, charlando y riéndonos de las parejas que bailaban alrededor nuestro. Parecíamos dos adolescentes en una pijamada, compartiendo secretos y chismes.

—¿Así me veré con Marco? —me pregunté en voz baja, observando a una pareja que se besaba apasionadamente en la pista de baile—. Qué pena.

Justo cuando empezaba a sentirme un poco melancólica, Katerín se levantó.

—Ahora vuelvo, iré por otro trago.

Me quedé sola, mirando a mi alrededor. Esperaba que Marco apareciera, pero sabía que era poco probable. Habría sido lindo verlo, pero no quería parecer desesperada. Después de todo, acababa de verlo hacía poco.

Las horas pasaron volando entre conversaciones, risas y música. Al final de la noche, me despedí de Katerín y me fui a casa.

El Sueño De Susan✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora