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Jaehyun.

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El desfile de moda de la temporada de Verano de la marca mundialmente conocida llamada Versace había culminado.

Como modelo principal de esta habías realizado un trabajo perfecto, tu desempeño había sido el mejor a comparación de tus compañeras. Estabas orgullosa de ti y de todo el exfuerzo dado durante la pasarela.

Finalizado todo siempre se dirigían a uno que otro club para festejar y este vez no sería la excepción.

Los clubes y bares de Itaewon eran los más conocidos, y su destino era aquel lugar.

Al llegar una sala V.I.P las esperaba, la música a un alto volúmen, las personas bailando y una que otra pareja comiéndose la boca, todos se divertían y tú no te ibas a quedar atrás.

—¡Hoy beberemos hasta caer! —exclamó una de tus compañeras alzando la copa con un líquido oscuro.

—¡Salud! —dijeron al unísono.

Bebiste el vino que te había ofrecido de cortesía para luego seguir con un coctel que pediste.

Bailaron, rieron y tomaron. Tomaron lo más que pudieron, todo daba vueltas, tu cuerpo embriagado del alcohol a penas se mantenía en pié.

Te movias al ritmo de la música, tus manos aferradas al tubo de la sala donde estaban, bajabas y subías moviendo tus caderas al compás.

Sentías la necesidad de bailar frente a tu novio así, lo imaginaste frente tuyo, sentado y con su cabello desordenado acompañado de unos pantalones negros pegados y su camisa blanca con tres botones abiertos.

Tu mente jugaba contigo, seguías bailando y tomando mientras sonreías a la nada. Apreciabas su bello rostro en tu faceta de alucinación gracias al alcohol.

Te sentaste en el cómodo sofá para poder descansar un rato, los tacos aún puestos dolían en tus pies y tu vestido ceñido estaba ya un poco arrugado.

—Me voy a retirar, muchas gracias por hoy. —hablaste.

La encargada del bar te ayudó a salir y buscarte un taxi, tus compañeras aún borrachas seguían disfrutando de la larga noche que las esperaría.

Te recostaste sobre el cómodo asiento del auto y diste tu dirección, habías tomado foto como podías a la placa y a la persona que conducía, estabas asegurada pero no del todo.

Unos cuantos minutos después te encontrabas fuera de casa, bajaste y diste un saludo de buenas noches al salir del vehículo. Caminaste suavemente sobre el camino de piedras que dirigía hacia la entrada de tu mansión compartida con tu novio.

Las luces del pequeño recorrido te iluminaban, el bello y espacioso jardín decoradas de delicadas flores y más artefactos de iluminación ayudaban a tu inestable caminata.

Pasaste la tarjeta para abrir la puerta, suspiraste cuando sentiste el rico aire que emanaba tu hogar, el olor a menta fresco y otras esencias que solías colocar chocaron con tu nariz haciéndote sonreír.

Dejaste tu bolso y saco en el perchero, sin hacer mucho ruido subiste a la segunda planta e ingresaste a tu habitación. Un pelinegro se encontraba sentado frente a él equipo de composición que había en el gran cuarto.

El alcohol seguía haciendo efecto en ti, las imágenes que te habían pasado por la mente en el bar volvían.

Querías ver su cuerpo sobre el tuyo, chupando y marcando cada parte sensible y expuesta de tu piel. Su polla bombeando dentro tuyo y tu coño apretando todo su falo, joder, enserio lo querías.

Asian smut - Editando. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora