Asian smut - Editando.

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Song Kang.

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5 meses atrás.

Un conejito con manchas marrones, nariz rosadita, orejas largas y una colita pomposa.

Eso fue lo que encontró ____ en la cama de su apartamento.

Llegaba del trabajo con un estrés infernal gracias a sus compañeros de equipo, ¿acaso no podían hacer algo bien?

Habían perdido el único archivo que se les encargó y toda la responsabilidad cayó sobre ella.

Joder, que a veces eran inútiles.

Dejando de lado eso, el conejito había aparecido de la nada, bueno no.

La ventana de la castaña estaba abierta y aquel animalito viendo un nuevo hogar ingresó, adueñandose de la cama y de quien ahora sería su compañera.

Actualidad.

—¡Mierda Song Kang! Te dije varias veces que dejes de jugar con mis cosméticos. —gruñó al ver todo lo mencionado en el suelo y un lindo chico con orejitas largas maquillado, aunque más que eso parecía un payaso.

Soltó un suspiro pesado y se tiró en la cama sintiendo está hundirse lado suyo.

—Quería aprender para ayudarte por las mañanas ___, pero es inútil soy muy ¡TORPEEEE!

Lloriqueo escondiéndose entre las almohadas para luego levantar la cabecita y mirar lado suyo a la chica.

Una leve risa soltó acariciando las orejitas del conejito para luego tirar suavemente de estas.

—Tonto, no necesito tu ayuda.

Se levantó para sentarse y así jalar al chico para tenerlo frente suyo.

—Eres un bebé grande, Song, sabes que eres mayor que yo y te comportas como un niño chiquito. —levantó una ceja cruzando los brazos.

Kang sonrió y asintió efusivo, se acercó a ella y la abrazo de la cintura.

—Aun así, yo soy tu lindo bebé y tú mi mami.

Te separaste y lo miraste, la inocencia en su rostro era única, este chico se veía tan apetecible pero tan puro a la vez que aquellos pensamientos impuros se iban de tu mente rápidamente.

—Lo que digas bebé gigante, es hora de lavarte el rostro y a dormir. —gruñó separándose de él.

Ambos se pararon y caminaron al baño, ____ sacó la pasta de dientes y comenzó a cepillarse mientras Song lavaba su rostro y jugaba con la espuma.

—Mira, soy Papa Noel.

Una barba de espuma se formaba en su barbilla y bajo su nariz también.

Le dió un leve golpe en las costillas haciendo que este terminara de lavarse y le diera pasé a la castaña.

Escupió la pasta que tenía en la boca y enjuago lo que restaba para luego lavarse el rostro.