Rey Declan: si puedo preguntar, ¿Que pasará con los demás reinos que se integrarán a la alianza?.
Reina aradía: ya hemos previsto ese asunto durante las pláticas de paz que hemos tenido les ofrecimos darles entrenamiento y los paladines y los héroes ya han aceptado. En cuanto nos marchamos los recogeremos a ellos también.
Los demonios y sus invitados subieron a la nave y se marcharon a recoger a los demás.
Solo en cuestión de dos horas llegaron a su destino, que en el pasado fue el único reino que no pudieron tomar.
Reina aradía: bajaremos cerca de la plaza de las valkirias.
La ciudad es la más grande ciudad humana del continente.
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Alouquoa: ya se ve la ciudad preparen el descenso.
La plaza de las valkirias era un memorial, en el centro de esta se encontraba una gran estatua de una Valkiria sobre una base cuadrada, y en cada uno de sus lados tenía una placa que contaba la historia de uno de los mejores batallones del reino.
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El batallón de las valkirias eran las unidades de combate más temibles, solo después de los gran caballero y los paladines, pero superior en número a estos dos.
Reina aradía: no tardaremos mucho, así que si bajan no se alejen de la nave y no causen problemas, generales vigilen a sus a cargó.
Los generales asintieron.
Solo las ciudades más pequeñas del reino habían visto demonios, en la capital era la primera vez que los veían, pues las reuniones se habían llevado en el más bajo perfil.
En la plaza ya los esperaba un grupo de valkirias los esperaban, la dirigente del batallón estaba entre ellas.
El contingente se movió para encontrarse con ella.
Reina aradía: mucho gusto, tú debes ser Hilda la líder de las valkirias.
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