Capítulo 14.- Y entonces él la besó...otra vez

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Los personajes de Bleach son de Tite Kubo.

Historia inspirada en la película mexicana “Negro es mi color” (1951)

 EL AMOR NO TIENE COLOR.

 

CAPÍTULO CATORCE.-  Y ENTONCES ÉL LA BESÓ… OTRA VEZ.

Ese domingo  estaba muy caluroso, el sol brillaba con apogeo desde muy temprano. Rukia se levantó con pereza, las piernas le dolían por haber subido tantos escalones. Después de estirarse un poco salió  a la sala, donde ya estaban Orihime y Kaoru.

―¡Buenos días Kya! ―Dijo Kaoru con alegría en cuanto la vio aparecer en la sala. Luego corrió a abrazarla de las piernas.

―¡Buenos días Kaoru! ―dijo Rukia alzándolo en brazos. Aunque al principio no le había gustado la idea de tener un niño en casa, ahora era todo lo contrario, Kaoru era un niño muy lindo y le había alegrado la semana.

―Mi tía me va a llevar a la playa. ― comentó Kaoru. ―¿Vas con nosotros? ―le preguntó mientras ella lo bajaba.

―No puedo, me quedaré a estudiar. ―dijo con pena.

―Anda vamos. ―la animó Orihime. ―Hoy es el último día de Kaoru aquí. ―dijo con tristeza. ―y quiero que se divierta.

―Está bien. ―respondió Rukia sin pensarlo mucho. ―Vamos a la playa. ―les dijo con una sonrisa. No le caería mal distraerse un rato.

Después de desayunar y alistar las cosas que necesitarían, los tres caminaron hacia la playa cercana. Como era domingo la playa estaba muy concurrida, había varios bañistas jugando en el agua, otros disfrutaban de la brisa marina desde la playa y algunos chicos jugaban futbol en la arena. Después de algunos minutos encontraron un lugar para  acomodarse, tendieron una sábana en la arena, colocaron una gran sombrilla de colores y pusieron a un lado la cesta con comida y la bolsa con las toallas, un cambio de ropa para Kaoru y otras cosas necesarias.

―Vamos a nadar. ―dijo Kaoru impaciente, señalando el mar.

―Está bien, pero primero te pondré bloqueador. ―dijo Orihime quitándole la camisa y dejándolo en short. ―¿Tu no vienes? ―le preguntó a Rukia, quien ya se había acomodado debajo de la sombrilla, mientras untaba al niño del líquido blanco.

― No, yo de aquí los veo. ―respondió ella.

Entonces Orihime se llevó a Kaoru agarrado de la mano hasta el mar, donde se quedaron en la orilla, ahí comenzaron a jugar en el agua. Mientras tanto Rukia se quedó viendo a unos jóvenes que jugaban futbol  cerca de ella.

Uno de los chicos hizo un lanzamiento, pero con tanta fuerza que llegó cerca de Rukia.

―¡Pásala por favor! ―le gritó uno de los chicos que jugaba.

Rukia se levantó dispuesta a patear la pelota, total que tan difícil podría ser. La pateó hacia el chico, o al menos hizo el intento, pues pateó tan mal la pelota que esta se desvió del camino y fue a impactar contra la espalda de otro joven que iba pasando por ahí, provocando que a él se le cayera el helado que llevaba en la mano.

Rukia se apenó y se acercó al chico para disculparse, mientras este veía su helado en el suelo y se tallaba el cabello.

―Lo siento. ―dijo ella detrás de él. ―permítame reponerle su helado. ―era lo mínimo que podía hacer. Se quedó sorprendida cuando el muchacho volteó a verla.

El amor no tiene colorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora