El amor no tiene color

Capítulo 6.- Ichigo Kurosaki

Los personajes de Bleach son de Tite Kubo.

Historia inspirada en la película mexicana “Negro es mi color” (1951)

Advertencia: Contiene OoC.

EL AMOR NO TIENE COLOR.

CAPÍTULO SEIS.-  ICHIGO KUROSAKI.

Rukia llegó al hospital y acompañó al herido hasta urgencias. Ahí ayudó con sus curaciones y después de cerciorase de que ya estaba mejor se fue a su consultorio, que quedaba  justo frente al cuarto de archivo, por lo que cuando no tenía consultas podía salir a platicar con Soi Fong. Junto al de ella había otro consultorio, aunque en el tiempo que llevaba ahí no había visto que alguien diera consultas, pero siempre se le olvidaba preguntarle a Kiyone o Soi Fong por ello.

Como llegó tarde ya tenía varios pacientes esperando, así que sólo saludó de prisa a la chica del archivo, que se encontraba en el mostrador, e hizo pasar al primer paciente, pues ese día Kiyone había pedido permiso para faltar.

Despúes de un día calmado, pues sólo había tenido pacientes con problemas menores como gripe o infecciones leves, Rukia terminó de consultar a las dos y media., por eso decidió ir a ver a Soi Fong.

Cuando salió de su consultorio vio que había algunas personas esperando pasar al consultorio que hasta ese día creyó vacío.

―¿Están dando consultas hoy? ―le preguntó intrigada a Soi Fong, quien estaba haciendo un expediente. En ese momento entraban una señora con su hija al consultorio.

―Sí, hoy por fin vino el doctor. ―comentó Soi Fong.

―¿Y el doctor Ukitake permite eso? ―Preguntó Rukia algo indignada por la falta de compromiso del doctor con su trabajo.

―Claro, porque el doctor ya no trabaja aquí. ―le informó ella. ―Él se cambió al hospital general de Karakura. ― Rukia sabía por Kiyone, que ese hospital privado era el mejor de la ciudad, por lo que los médicos estaban  muy bien pagados y entendió el por qué el doctor dejó de asistir al Gotei Trece. ―Pero por amistad con los doctores  Ukitake y Kyoraku  a veces viene a dar consulta, por eso tiene asignado ese consultorio. ―le explicó Soi Fong.

―Pues no entiendo porque tantas consideraciones con él. ―comentó Rukia.

En ese momento salieron del consultorio la señora con su hija.

―Pero que doctor. ―se quejó la señora. ―Para lo que cobra y sólo tres minutos dura la consulta. ―Rukia escuchaba atenta  a la señora.

―Pero mamá, te dijo lo que tenías. ―le reprochó su hija.

―Pero por lo menos debió fingir que me revisaba. ―expresó enojada, mientras caminaba a la salida con su hija.

―Pase. ―le dijo Soi Fong a un señor, pues al no estar Kiyone ella ayudaba con los pacientes. ―De eso siempre se quejan los pacientes del doctor. ―le comentó a Rukia. ―Que sus consultas duran poco tiempo. —le aclaró. — Pero él no es un simple doctor, él es médico internista con conocimientos en cardiología. ―informó. —y sobra decir que es uno de los mejores de la ciudad.

―¡Ah! ―Eso cambiaba un poco las cosas. Recordó que ella también quería estudiar una especialidad, quería ser médico cirujano, pero lamentablemente en ese pequeño hospital no podía hacer su especialidad y en uno grande mucho menos por no contar con los recursos económicos necesarios.

―Pero lástima que sea tan inteligente y tan buen médico. ―Soi  Fong interrumpió sus pensamientos. ―Porque él es…

―Me buscas este expediente por favor. ―le dijo una enfermera que se acercó. ―enseguida regreso por él. ―La enfermera se retiró y Soi Fong entró al archivo para buscar el expediente.