Capítulo 20.- Aquí estoy yo

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Los personajes de Bleach son de Tite Kubo.

Historia inspirada en la película mexicana "Negro es mi color" (1951)

Advertencia: OoC, AU


EL AMOR NO TIENE COLOR.

 

CAPÍTULO VEINTE. ― AQUÍ ESTOY YO.

Una linda enfermera rubia caminaba despreocupada por  el  segundo piso del hospital con un vaso de café con leche en la mano, hubiera querido un capuchino pero ese costaba más caro y no podía darse el lujo de pagarlo, al menos no por ahora.

Rangiku caminaba saludando alegremente a sus compañeros a su paso y disfrutando de su café, sin importarle que sobre el escritorio del médico estuvieran unos expedientes esperando por ella, estaba tranquila ya que  el doctor Hitsugaya se encontraba hablando con la subdirectora y seguramente tardaría bastante en salir, pues tenían un tema delicado que tratar.

Mientras caminaba hacia su consultorio, le dio curiosidad ver a un chico rubio, que por su vestimenta blanca supuso que era enfermero, que llevaba rosas rojas en la mano y que parecía estaba buscando a alguien. Su curiosidad no le permitió pasarlo por alto y se acercó a él para ver si lo podía ayudar en algo, es decir quería enterarse quien era y a que había ido ahí, pues ella conocía prácticamente a todos  en el hospital y desde luego él no trabajaba ahí.

― Parece que busca a alguien. ―le dijo Matsumoto al chico. ―¿Lo puedo ayudar?

―Eh. ―el chico tardó en reaccionar, lo mejor era pedir su ayuda. ―Sí, por favor. Estoy buscando a una doctora de baja estatura, cabello negro, muy bonita y de ojos violetas. ―dijo el chico un poco ruborizado.

―¡Ah!, está buscando a la doctora Rukia. ―dijo alegre Matsumoto, nadie más tenía ojos violetas en el hospital.

―¿Y en donde la puedo encontrar? ―preguntó visiblemente ansioso.

―Pues ella no está aquí, salió a dar una consulta externa, lo más probable es que la encuentre hasta el domingo. ―le informó Rangiku. Ella observó el gafete del muchacho y se pudo enterar que trabajaba en el hospital psiquiátrico y que se llamaba Izuru Kira.

―Gracias, entonces vendré después. ―comentó el rubio y se dio la media vuelta, al menos no había sido en balde su visita al hospital, pues ya sabía el nombre de esa chica que le había llamado la atención.

―Pobre chico. ―exclamó Matsumoto mientras lo veía alejarse. ―No tiene posibilidades contra los doctores Ichigo y Kaien.

―¡Matsumoto! ― El grito de su jefe la tomó desprevenida y saltó por el susto. ― De nuevo estás holgazaneando. ―le dijo cuando ella lo volteó a ver con sus expresivos ojos azules.

―Sólo vine a comprar un café. ―replicó la rubia. ―Además ya casi acaba mi turno y ya no hay pacientes. ― Ella pudo ver resignación en los ojos turquesa del médico. ―Y ya casi llevo los expedientes al archivo.

Hitsugaya no le respondió y caminó hacia su consultorio seguido de su enfermera. La verdad era que aunque holgazaneaba a veces, era muy buena enfermera y una gran persona y amiga.

―Matsumoto, me iré unos días. ―le informó el doctor dentro del consultorio.

―¿Y eso? ―preguntó sorprendida, pues él casi no pedía permisos, salvo cuando...

―Iré a Rukongai a buscar a Momo. ―dijo mientras terminaba de guardar sus cosas en su maleta. Sí, el sólo se ausentaba cuando viajaba a ver a su novia, que tampoco era muy seguido.

El amor no tiene colorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora