Capítulo 34.- El amor de Kisuke.

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Los personajes de Bleach son de Tite Kubo.

Historia inspirada en la película mexicana "Negro es mi color" (1951)

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Gracias por leer y comentar: Suzzy98, YostKurosaki, espero les guste este capítulo.

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EL AMOR NO TIENE COLOR.

 

CAPÍTULO TREINTA Y CUATRO.- EL AMOR DE KISUKE.


Byakuya se sorprendió cuando vio llegar a Rukia e inmediatamente caminó hacia ella. La enfermera que estaba  a su lado se retiró para preparar lo que faltaba.


—Rukia. —pronunció su nombre, no se atrevió a llamarle hija.

—Vine por Momo. —dijo ella seria. —y para escuchar lo que tenga que decirme.

—Hablaremos después de la operación entonces. —comentó Byakuya sintiendo un poco de esperanza.

—Sí, los cuatro hablaremos.

—¿Los cuatro? —preguntó el neurocirujano, aunque ya sospechaba a quienes se refería.

—Sí, mi mamá, usted, el doctor Urahara y yo. —dijo Rukia, tenían que aclararle que papel jugaba Urahara en todo esto.


Byakuya accedió, Rukia y él se asearon bien las manos y se colocaron el uniforme reglamentario, luego entraron al área del quirófano donde se llevaría a cabo la operación.


Sobre la plancha se encontraba Hinamori consiente, Rukia se acercó a ella.


—Aquí estoy. —le dijo la doctora de cabello negro a su amiga. —todo saldrá bien.

—Sí. —contestó Momo, estaba nerviosa pero el saber que Rukia estaba con ella le daba ánimos.

—Si algo saliera mal diles a mi mamá y a Toushiro que los amo. —dijo Hinamori.

—Deja de pensar así, mañana se lo podrás decir tú. —le dijo Rukia.

—Rukia, yo también soy médico y sé los riesgos  a los que me expongo. —respondió Momo, Rukia no le pudo responder ya que Byakuya intervino.

—Proceda con la anestesia. —ordenó Byakuya colocándose a un costado de la plancha, a un lado de Rukia.


El anestesiólogo comenzó su labor y en pocos segundos los ojos de Momo se cerraron.  Rukia dejó su faceta de amiga de lado y se concentró en serle de utilidad a Byakuya.


La operación procedió con normalidad, en un momento Rukia se quedó observando a Byakuya, como padre dejaba mucho que desear, pero como médico era alguien admirable, pues desde que empezó la operación su actitud cambio totalmente, se mostraba seguro y confiado, estaba muy concentrado en lo que hacía y se mostraba muy profesional, pues se había olvidado del lazo que los unía, ya que en una ocasión la había regañado por no prestar atención y es que anteriormente también se había quedado contemplándolo trabajar, era algo que no podía evitar por más que lo quisiera, pues él era una de esas personas con personalidad atrayente, además contemplaba con fascinación como su manejo de los instrumentos era exacto, firme, pero suave por tratarse de una parte vital del ser humano. Inconscientemente Rukia deseó ser como él, inconscientemente se sintió orgullosa de él.

El amor no tiene colorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora