Capítulo 18.- Sorpresas

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Los personajes de Bleach son de Tite Kubo.

Historia inspirada en la película mexicana “Negro es mi color” (1951)

EL AMOR NO TIENE COLOR.

 

CAPÍTULO DIECIOCHO.-  SORPRESAS.

Quince días después.

En estos días Rukia había tenido mucho trabajo, pues aparte de estar en el área de cirugía, los días que le tocaban guardias nocturnas, cuatro días a la semana, lo hacía en el área de urgencias, aunque también estaba a disposición de otro departamento que la requiriera. Por lo que ella e Ichigo no tenían mucho tiempo de verse, sólo por las mañanas cuando él la llevaba al trabajo y los días cuando no tenía guardias que la invitaba  a comer.

Por otra parte, Rukia y Kaien convivían más, pues pasaban todos los días juntos hasta la tarde que terminaba el turno de Kaien. Su relación se había vuelto un poco más cercana, pues en ella seguía creciendo la admiración y respeto por él, ya que a su lado estaba aprendiendo muy rápido y él lograba que cada día le gustara más su especialidad, pues siempre se portaba muy amable y paciente con ella.

Otros que se portaban muy amables con ella eran Urahara y Byakuya, que siempre estaban pendientes de que se sintiera a gusto en el hospital, sobre todo el director del hospital, pues en estos últimos días Byakuya casi no se aparecía por ahí. También había hecho buena amistad con algunas enfermeras, enfermeros y camilleros, con la que no había vuelto a hablar era con Senna, quien ni siquiera se había dignado en darle las gracias por ayudarla a que siguiera en el trabajo.

Por otra parte Orihime había decidido darse una oportunidad con Uryu, y aunque no tenían una relación formal, salían a pasear y a divertirse juntos. Y a pesar de que a Rukia seguía sin caerle bien Ishida, estaba agradecida con él por hacer que Orihime fuera feliz otra vez.

Esta mañana de jueves  Ichigo fue a buscar a Rukia para llevarla al trabajo como todos los días, pero esta vez dobló dos cuadras antes de llegar al hospital.

― ¿Por qué te estacionas aquí? ―preguntó Rukia al ver que se estacionaba frente a un edificio antiguo.

―A veces vengo a dar consulta aquí. ―dijo Ichigo bajándose del carro. ―pero descuida que hoy sólo vine a dejar unos medicamentos. ―dijo él y luego de cerrar la puerta del coche caminó al edificio.

Mientras lo esperaba Rukia vio con detenimiento el gran edificio de color blanco y se dio cuenta que sobre la gran puerta de madera había una leyenda con letras doradas: “Hospital psiquiátrico Kurotsuchi, fundado desde 1980”. En ese momento un  muchacho rubio se le quedó mirando fijamente por unos minutos antes de entrar al edificio.

―No sabía que había un hospital psiquiátrico cerca. ―le comentó Rukia a Ichigo cuando este regresó al coche. ―Y menos imagine que trabajarías en un lugar así.

―Sólo vengo de vez en cuando. ―dijo Ichigo poniéndose en marcha. ―Conozco al director del hospital y él me llama cuando sus médicos no pueden diagnosticar  o tratar el padecimiento físico de sus internos.

―¡Ah! ―exclamó Rukia. Entonces Ichigo si debía ser buen médico si hasta lo llamaban de otros hospitales, pero no le iba a aumentar el ego halagándolo.

Al medio día el médico de cabellera naranja se encontraba en la oficina de Kisuke y Byakuya.

―Ichigo mañana tienes que ir con Yamamoto ¿verdad? ―le preguntó Urahara sentado detrás de su escritorio.

El amor no tiene colorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora