Capítulo 19.- Secretos revelados

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Los personajes de Bleach son de Tite Kubo.

Historia inspirada en la película mexicana "Negro es mi color" (1951)


 EL AMOR NO TIENE COLOR.

CAPÍTULO DIECINUEVE.- SECRETOS REVELADOS.

Byakuya y Rukia seguían en la azotea contemplando la maravillosa vista nocturna de la ciudad. Y aunque al principio se sentía muy desanimada, las palabras de Byakuya la habían reconfortado bastante.

Sí, definitivamente ella sería una gran médico, de ahora en adelante le echaría más ganas, muchas personas confiaban en ella y no los iba a defraudar, sobre todo a ella misma.

El silencio de la noche fue interrumpido por el timbre del teléfono, se dio cuenta que era Ichigo y decidió no contestar.

Era verdad que no estaba enojada con él, pues comprendía que la culpa la había tenido ella, pero  ahora que se sentía mejor estaba dispuesta a hacerle pasar un mal rato a Ichigo, así que no le contestaría las llamadas y dejaría que se preocupara por ella un par de horas, después de todo  hacerlo sufrir era parte de su venganza y aparte le tenía que enseñar  que a ella nadie le hablaba de ese modo.

―("Sufre un rato Ichigo"). ― pensaba mientras agarraba el anillo que colgaba de su cuello y de nuevo el recuerdo de Grimmjow la puso seria, ya no pensaba tan seguido en él, pero cuando lo hacía un mar de confusión se apoderaba de ella.

―¿No va  a contestar? ―preguntó Byakuya mientras el celular seguía sonando. Ella soltó el anillo.

―No estoy de ánimos para hablar con alguien. ―comentó Rukia apagando el celular. De nuevo su semblante cambio a uno de tristeza. ―("Si no te hubiera conocido tal vez mi vida sería diferente, tal vez Ichigo y yo...") ―Rukia no terminó la frase, se acarició el cabello mientras intentaba borrar el recuerdo del chico de cabello azul y de Ichigo. Se obligó a recordar que Ichigo no significaba nada para ella, era sólo un instrumento de su venganza.

―("¿Pero entonces, por qué sus palabras me hicieron sentir mal?") ―se preguntó la chica.

En la azotea la noche empezaba a sentirse fría.

―Me gustaría hacer algo para que se sintiera mejor. ―dijo Byakuya de repente,   no le gustaba verla triste.

―Cuando estaba triste me gustaba ir con mis amigas a comer sopa y después me sentía mucho mejor. ―dijo ella de repente, dejando a un lado sus pensamientos.

―Entonces la invito a cenar doctora Shirayuki. ―comentó Byakuya.

―No, no es necesario. ―respondió apenada, no había sido esa la intención de su comentario anterior, simplemente le nació decirlo. ―Además tengo guardia.

―No es sólo por usted, creo que también a mí me serviría distraerme un rato. ―mencionó él. No acostumbraba salir con nadie además de sus amigos de la prepa o de Unohana, pero esta noche en especial se sentía solo y triste y necesitaba olvidarse un rato de sus preocupaciones. ―y no creo que tenga problemas para salir si tiene el permiso de uno de los dueños del hospital.

―("¿Será por Unohana que está así?"). ―se preguntó ella al notar su semblante triste, pensó que tal vez necesitaba hablar con alguien y se sintió alagada de que la escogiera a ella. ―Está bien, pero con la condición de que me tutee y me llame por mi nombre. ―le dijo ella. ―Me hace sentir de mayor edad.

―Está bien. ―Aceptó él. ―Podemos ir a un restaurante a unas calles de aquí.

―Me gustaría  mejor ir a comer ramen. ―pidió Rukia, quería recordar su días en el Rukongai.

El amor no tiene colorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora