El sol pegó en el rostro del omega y se limito a abrir sus ojos. La mañana habia llegado y con esta Louis sabía que venía la lucha del día a día.
Pedir algo de dinero en las calles se volvía mas agotador, la gente lo ignoraba cada vez más y a veces no hay que comer. Las personas no son tan buenas como llego a pensar en su inocencia, él pensó que se apiadarian de ellos y les darian mucho más que una libra, pero no, las personas no dejaban nada, sus pasos se aceleraba antes de que el omega pueda decir alguna palabra.
Apreció un poco el cielo, como los rayos del sol empezaban a cubrir gran parte del parque, como el plastico de los juegos para niños comenzaba a brillar por este, no era muy común que haya sol en invierno, pero hoy es uno de ellos y puede ser un gran día, piensa. Algo se remuebe en sus brazos y ve que es su pequeño, éste suspira y vuelve a cerrar sus pequeños ojitos, el omega ve a su bebé y sonrie, le da paz verlo dormir.
–Hermoso, hay que despertar– susurra Louis para que su cachorro empiece a abrir los ojos, pero solo se remueve– Vamos, tenemos que empezar el dia, amor.
Estuvo hablandole un rato hasta que el bebé se desperto por completo. Una vez despierto refrego sus ojitos y dio un bostezo.
–Eres muy dormilon cuando quieres– dijo y apretó suavemente su nariz, haciendo que riera. Louis se contagió y rió con el.
Cuando vives en las calles y no tienes ningun aparato de por medio te acostumbras a tratar de adivinar la hora con como se encuentra el sol y por lo que Louis puede observar son aproximadamente las siete y media de la mañana y es hora de comenzar el día.
Louis ve cuanto dinero hay en una caja que reposa a un lado suyo y esopla al ver la cantidad. Las personas no solian prestarle mucha atencion al momento de dejar dinero en esa pequeña caja y por ese motivo tenian 2 libras, eso solo alcanzaba para comida para su cachorro. El estómago de Louis hace un ruido de hambre y sabe que no podra satisfacer esa necesidad, al menos por el momento.
–Bueno, vamos corazón. Tenemos que ir a comprar algo para que comas–dijo regalandole una sonrisa.
Louis camino con su hijo en brazos hasta la tienda mas cercana, no sabía si entrar o no, se avergonzaba un poco de como se veía y dudaba que lo dejaran entrar. Cuando al fin se decidió alguien lo detuvo.
–Disculpe, señor, pero no tenemos nada que ofrecerle, lo siento.– el tipo de seguridad lo miro de arriba a abajo y Louis agacho su mirada, era obvio que no lo dejarian pasar. Su vestimenta delataba que vivia en la calle, su ropa estaba desgastada y sucia, el único que se vestía con algo medianamente decente era su bebé.
–Disculpe, sé que por mi apariencia doy esa impresión. Pero vengo a comprar algo, tengo dinero, mire.– dijo sacando con su mano libre todo el dinero que tenia en el bolsillo de su campera.
–En ese caso digame que quiere comprar y se lo compro, no quiero alarmar a las pocas personas que hay en este lugar con su presencia. – Louis suspiró y le dijo lo que queria comprar.
Un momento mas tarde el señor volvió a la entrada, le entrego el pequeño yogurt en vasito que le pidio y tomó rumbo hacia el banco del parque.
Para llegar a la estacion de tren, todas las personas tenian que pasar por ese parque, por eso su paradero era aquel lugar, tenían mas posibilidades de que alguien les deje dinero.
Una vez que regresaron allí, el castaño abrió la pequeña bolsa en donde estaba el yogurt. Al abrirla también vió que había una cuchara descartable y pensó que al menos fueron amables en ese sentido, pero lo hicieron sentir como la mierda. Le dio el yogurt a su bebé y este hacía caras graciosas de satisfacción, no todos los días comía eso, es un majar para el pequeño.
-¿Esta rico, cielo?– el menor asintió abriendo la boca para que el castaño le de un poco mas.
La hora pico del parque se estaba acercando y Louis rogaba porque sea un buen día y le dejen mas dinero de lo normal.
Las personas ya empezaban a ir con prisa a la estación y Louis preparo la pequeña caja de madera y la puso en el suelo.
–Podría darnos...– dijo tratando de terminar la oración, pero el señor que estaba pasando acelero el paso ignorandolo.–Señora por favor...– Ni se gasto en terminar, llevaba audífonos.–Señor enserió nos ayudaria con algo de dinero, mire estamos en la...
–Me importa una mierda como estan tú y tu cachorro, si tu abriste las piernas no es mi culpa. Ahora dejame en paz que tengo que ir a trabajar.– dijo duramente, enojado. Louis sólo suspiró y trato de recomponerse por tal comentario, no era su culpa si su día era una mierda, él por lo menos tenia un techo y un trabajo. En cambio el castaño estaba en la calle, literalmente, y tenia a un bebé, el cual tenia que sacar a delante. Para colmo esa persona no era mucho mas grande que Louis.
Lo enojaba de sobremanera que las personas que daban esos tipos de comentarios ni siquiera se gastaban en conocerlo, no, ellas no mas daban su opinión sin conecer una mierda sobre el tema. Dio un ultimo suspiro y trató de seguir intentando que dejen algo.
–Disculpe...– Sintió pasos al frente suyo, no se gasto en levantar la mirada, al fin y al cabo lo terminarian ignorando, como todos. Su cachorro empezo a inquietarse y él se alarmo. Levantó su mirada y vió una persona parada en frente suyo, había bastante distancia entre ellos, así que supo que la persona a la que le había hablado paro para escucharlo. Hizo un carraspeo con su garganta y volvio a hablar–Disculpe, sé que esta ocupado y seguramente tiene mucha prisa, pero ¿tendría algo de dinero para dejarnos? Tengo un cachorro, por favor, lo necesitamos.
A pesar de estar a cierta distancia podía distinguir su aroma, era un alfa. Respiró disimuladamente ese olor y sintió como su cuerpo se relajo, era muy extraño, pero no le disgusto para nada la sensación. Se tomó el tiempo de mirarlo a los ojos por un momento, pero desvió la mirada muy rápido, seguramente ni el alfa se dio cuenta de que le había sostenido la mirada.
Sus ojos eran de un color verde muy lindo al parecer de Louis, al ser de mañana se tornaban en un tono claro y eso le parecio hermoso.
–Claro–dijo el alfa sacando su billetera. Sacó veinte libras y las puso en la caja de madera.
–En serio, muchas gracias. Que tenga un buen día– El alfa le sonrió, se había acercado un poco, no era para nada alarmante, sólo se había acercado por la caja.
–Usted también–Se había acerado de mas y el corazón de Louis poco a poco comenzaba a latir mas fuerte.– Y tu tam...–No pudo terminar de hablar que Louis escondio a su cachorro en su pecho. El bebé tenia los ojitos llorosos y Louis un corazon a punto de salirse de la caja torácica.
La idea del alfa era apretarle un poco la nariz al cachorro. No era muy fan de los niños, pero ese bebé le dio una ternura inmensa, pero al acercarse al cachorro vió su cara de pánico y como sus ojitos comenzaron a aguarse. También vió como el omega lo escondió rápidamente en su pecho. Tenían motivos de desconfianza y el alfa lo entendía bien.
–Yo...lo siento. Disculpeme si lo he asustado y espero que su bebé también me disculpe. Me sobrepase del límite, en serio disculculpeme. Espero que tenga un buen día y su cachorro igual– dijo alejándose. Louis pudo respirar cuando lo vió unos cuantos pasos lejos de ellos.
–Ya se fue, mi amor. Todo esta bien– dijo y el pequeño salió de su escondite.
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Park | l.s (Editando)
Любовные романыLouis, un omega que fue rechazado por sus padres, su mejor amigo jugo con el y tuvieron un cachorro...un cachorro el cual no reconocio. Lo dejo en la calle y ahora una plaza se convirtió en su paradero. Harry, alguien que pasaba por ese parque por...