Park | l.s (Editando)

Capítulo veintiuno

Maratón: 2/3

Harry ayudó a Louis a levantar los vasos y tiró los envoltorios y bolsas en la basura, y lavó lo poco que usaron con muchos regaños del menor de fondo.

—En serio, no tenias que hacer eso, lo podría haber hecho yo.–protestó, cruzándose de brazos y mirando fijo a Harry.

—Tenía que hacer algo, no me gusta ver que hagas todo.

Louis sonrió, su anterior pareja no movía ni un pelo cuando terminaban de comer, él era el omega inquilino, por lo tanto tenía que lavar y ordenar todo. Alex no se preocupaba por ayudarlo en lo mas mínimo y si lo hacía venía con algo entre manos. Claro que Louis no lo veía así, él pensanba que había cambiado.

—Gracias.

—Realmente no sé cuantas veces me agradeciste desde que nos conocemos.–dijo el mayor mientras secaba uno de los vasos, las mejillas de Louis se tiñeron de un suave rosa y Harry sonrió.

—Em...Tampoco tienes que hacer eso.

—Quiero hacerlo.

Hubo un breve silencio, no era para nada incómodo.

—¿Te molestas si le doy un baño rápido a Jonathan?–preguntó mirando sus pies.

—Para nada ¿Por qué me molestaría?

Porque los omegas tienen que estar con el alfa en todo momento, sólo pueden alejarse para limpiar.

—Yo...Será rápido, lo prometo.

—Tomate tu tiempo, no me molesta, de verdad.

—Ya vuelvo.–dijo antes de marcharse en busca del pequeño.

Harry terminó de secar lo vasos y pasó un trapo que encontró por la barra para así sacarle todo resto de migas. Una vez hecho todo, se quedo parado en algún lugar, cerró los ojos y respiró profundo, inhalando el fuerte aroma al omega y a bebé, eso fue todo lo que tuvo que hacer para sentirse bien, para sentirse en paz. Es todo lo que precisaba para sentirse como en casa.

Las risas del pequeño se escuchaban de fondo y suaves risitas de Louis se podían distinguir, estaba tranquilo, dios quería sentirse así siempre. Quería sentir ese sentimiento de estar completo por el resto de su vida, no sabía exactamente porqué se sentía así, pero joder, se sentía tan bien. Decidió sentarse nuevamente en las banquetas y esperar a Louis.

—Listo, terminé.–informó un Louis con las mangas de su gastada camiseta arremangadas, con su pelo un poco revuelto y sus pantalones mojados.

—¿Y John?

—Se durmió en el proceso de ser cambiado.

Harry rió bajo.

—Sabía que iba a pasar, los baños lo relajan mucho.

Otro silencio se asomó entre ellos, ninguno sabía que decir.

—¿Quieres café?–invitó el omega.

—Claro.

—¿Te molesta que pida mucho servicio al cuarto?–preguntó repentinamente Louis.

—Eh, no, para nada. No me molesta. Pide todo lo que quieras, esta bien.

Louis no dijo nada más, sólo desapareció y Harry pudo oír su suave voz pidiendo dos tazas de café.

—En unos minutos lo traen.

—¿Esta bien si vemos televisión?–preguntó Harry.

—Si...Yo, um, no sabía si te gustaba con doble de azúcar o no...Yo, eh, em, perdón por, eh, por no preguntar.