La mañana de Harry empezó normal, nada cambiaba en su rutina. Se levanta, va al baño, se viste y toma su café, no le puede faltar el aquella bebida caliente. Así que esta a punto de marcharse, la empresa está con mucho trabajo estos días y, a decir verdad, el alfa va algo tarde. Deja su portafolio en el pequeño sofá que tiene en la sala y va por un abrigo. El que se pone ahora es de color gris, también lleva con él otro beanie y una nueva bufanda.
Sale del edificio y se dirige rumbo a su trabajo, el mecanico lo llamó y dijo que su auto estará en cuatro días más, eso significa que tendrá que seguir yendo en tren por dos pares de días más. La verdad no le molesta, es lindo caminar un poco.
Camina un par de calles, va mirando el camino, no tiene nada interesante para pensar. Cuando menos lo espera está cruzando la calle y llegando al parque. Llega a este y mira a las personas caminar frente a él, había bastante gente allí. Todo iba normal, al menos hasta que escucha a una familiar voz, pero ya no era cansada, notaba el miedo en ella.
—N-no. Yo no robé nada–dijo el omega rápido, su miedo era notable en su tono y, seguramente, en el aire, su aroma natural no tardaría en exparcirse en el ambiente.
—No mientas, omega, yo se bien que ese es mi abrigo. Dámelo–dijo el alfa, su ceño estaba fruncido y su voz era potente. El miedo de Louis crecía, el rostro de Alex se ponía de igual manera cuando se enojaba.
—E-en serio, no le robé nada–dijo agachando la mirada, no podía sostenérsela.
—Entonces ¿Por qué bajas la mirada, eh? Yo sé bien que ese abrigo estaba en algún banco de por aquÍ. Tú lo robaste y por tu culpa mi omega está enojada. ¡Devuelveme ese puto abrigo!– dijo gritando lo último. Louis estaba peor, su respiración empezo a ser irregular, todo comenzaba con gritos y a veces seguía con golpes. ¿Será que esta vez iba a ser así?.
Harry escuchó todo, había parado para ponerle atención a la voz del omega y terminó escuchando toda la conversación, si se le puede llamar así. Vio como el omega castaño agachó la cabeza, seguro apenado por la situación y él no sabe el porqué, pero se enojo. Caminó los pasos que le faltaban para llegar hasta ellos.
—Dame mi abrigo, que estes en la calle no te da derecho de estar robando las cosas que ves en el parque, nadie te mando a abrir las piernas y terminar así– dijo apuntando al cachorro, quien estaba inquieto y con los ojos brillosos. Seguramente estaba por llorar, pensó Harry. Este se enojó más con su comentario, nadie tenía derecho a comentar nada sobre su vida o el porqué estaba en la calle, era su vida y nadie la conocía, nadie sabía su historia y aquel alfa no tenía derecho a hablarle de tal manera, de utilizar aquel tono y menos de insinuar cosas. Tocó el hombro del rubio y este giró la cabeza sobre sus hombros y lo miró.
—¿Y tú que quieres?–dijo de mala gana.
—No tienes derecho a hablarle así–dijo directo.
Louis estaba aterrado, pero escuchó una voz que le pareció conocida. Levantó la cabeza y vio de quien se trataba, era el alfa de la noche anterior, era el dueño del abrigo.
—¿Y a ti que mierda te importa como le hable? Es un ladrón y le hablo como se me de la puta gana–dijo prepotente. Harry lo miró con el ceño fruncido.
—Él no es un ladron
—¿Cómo mierda lo sabes? Ni siquiera lo conoces.
—Tú tampoco lo haces, así que no sabes si lo es verdaderamente.
—Ese abrigo es igual al que perdí y estoy seguro de que es ese.
—¿Tú sabes cuantos abrigos así hay en el mundo? Ah, sí, miles. Así que no puedes venir y decirle a la primera persona que vez que lo que lleva puesto que es tuyo.
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Park | l.s (Editando)
RomanceLouis, un omega que fue rechazado por sus padres, su mejor amigo jugo con el y tuvieron un cachorro...un cachorro el cual no reconocio. Lo dejo en la calle y ahora una plaza se convirtió en su paradero. Harry, alguien que pasaba por ese parque por...