Harry se encontraba sazonando la salsa meintras Jonathan trataba de completar palabras que Louis le decía.
—Que...
—To
—¡Muy bien, amor!–lo felicitó, dejando un beso ruidoso en su mejilla. El cachorro rió a causa de eso.
Harry sonrió mientras revolvía bien la salsa roja, se imaginó lo lindo que sería estar así todos los días, con un cachorro parlanchin y un omega tan hermoso y dulce, se imaginó a él preparando el desayuno para los tres y charlando animadamente en las mañanas.
—Debo confesar que huele delicioso.–le dijo Louis, quien en un abrir y cerrar de ojos se encontraba a un lado del mayor.
—Um, gracias.–dijo un Harry sonrojado por el comenario, sólo su madre le hacía cumplidos por sus preparaciones, era extraño recibir cumplidos de otras personas y era peor si provenía de aquel hermoso omega.–Esperemos que sepa tan bien como huele.
—Yo sé que estara delicioso, Harry. Pero si por esas casualidades no sale como tú querías, no te preocupes, la intención que tuviste en venir y hacer esto es lo que cuenta para mí.–confesó el omega, mirándolo a los ojos.
—Gracias, Lou.–dijo apartando su mirada lento para poder revolver por última vez la salsa.
Louis se estaba debatiendo en si era correcto hacer lo que tenía en mente, miró a su bebé, quien le dio un leve asentimiento como si supiera en lo pensaba. Le sonrió a Jonathan y esperó a que Harry apague el fuego para poder hacerlo, tenía pensado darle un beso en la mejilla y darle las gracias por todo lo que estaba haciendo por ellos.
—Harry...
—¿Mhm?
—¿Puedo...Puedo darte un beso en la mejilla?–preguntó mirando sus pies, no se atrevía a mirarlo a la cara.
A Harry lo tomó por sorpresa la pregunta. Un cosquilleo le recorrió cada parte de su cuerpo y la emoción reinó en su sistema, era un simple roce, no significaba nada importante para ninguna persona que lo viera desde afuera, pero para él lo era todo. Aquel omega desconfiado, tímido, cortante, aquel sujeto que no soportaba que el alfa esté cerca le estaba preguntando aquello. Deseaba llorar, quería saltar sobre un solo pie para que alguien pudiera notar su felicidad.
—S-sí, claro. No hay...No hay problema.–le afirmó tratando de lucir tranquilo, pero su tartamudeo lo delataba.
Louis respiró hondo, necesitaba superar la ansiedad que le provocaba estar cerca de los alfas y con terapia no sería porque carecía de dinero, así que le quedaba hacerlo por sus propios medios. Harry se preocupaba por él, por su espacio, venía bien, rogaba que no pase nada malo. Podía hacerlo.
Harry se quedó estático, con la mirada fija en la olla que se encontraba frente a él, Louis se acercó un pasó más, el alfa podía escucharlo respirar por la cercanía. El omega sujetó bien a su cachorro e hizo una leve puntita de pie para poder darle el beso.
Fue rápido, sí, pero para Harry fue perfecto. El contacto de los labios de Louis contra su piel, la leve presión que ejercieron, el temeroso y tímido movimiento, la respiración agitada sobre su mejilla. Fue demasiado para el alfa. Algo en él se encendió, una breve llama crecía en su interior y hacía que deseara más de esos besos, su mejilla picaba por la falta de su tacto. Aquel beso duró segundos, pero eso fue suficiente quisiera muchos más.
La respiración de Louis estana agitada, la adrenalina que sentía su cuerpo era mucha y soló fue un simple beso en la mejilla. Harry volteó a mirarlo y le regaló una sonrisa con hoyuelos, Louis se sonrojó a mas no poder, levantó la vista y el mayor lo seguía observando. Harry le guiñó el ojo y el castaño era un tomate viviente en esos momentos.
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Park | l.s (Editando)
RomanceLouis, un omega que fue rechazado por sus padres, su mejor amigo jugo con el y tuvieron un cachorro...un cachorro el cual no reconocio. Lo dejo en la calle y ahora una plaza se convirtió en su paradero. Harry, alguien que pasaba por ese parque por...