Capítulo treinta y seis

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Enero había empezado y un nuevo año también, era un nuevo comienzo para él y para su hijo, eso le aterraba. Porque como la vida te da todo de un momento a otro, ella también te lo puede sacar en un segundo y eso es lo que más miedo daba, no quería volver a la vida se antes, no quería estar en un parque, no quería perder a Harry.

Por otro lado también era un nuevo comienzo para Harry, las pistas para encontrar a su hermana eran nulas, pero tenían algo y esperaba que funcionara, esperaba que esa basura le dijera el paradero de su hermana. También estaba Louis, cada vez que ese nombre se le venía a la cabeza una sonrisa se formaba en sus labios.

Ese omega en tan poco tiempo hizo que el rizado cayera y su cachorro hizo que su lobo despertara un amor que jamás había sentido. Quería ayudar a Louis a superar el miedo a salir, pero sabía que era un proceso.

En este momento se encontraba en la oficina, el nuevo año traía nuevas personas para negociar y tenía que estar al tanto. Un leve golpe en la puerta lo sacó de sus pensamientos.

—Adelante.

—Hola, Harry–dijo Natalie con una sonrisa asomandose por la puerta–Una persona te busca, quiere negociar algunas cosas.

—¿Te dijo algún nombre?

—Si–dijo ojeando unas hojas que tenía en mano.

—Alex, Alex Wood. Por lo que investigue es un proveedor muy importante en Doncaster.

—Okey, gracias, Nat. Si tienes algún tiempo ponlo en mi agenda, veré que tiene para ofrecer.

—Okey, Harry. No es nada–dijo y cerró la puerta.

...

Le había pedido a Niall si podía traerle algo de fruta, su bebé no estaba comiendo nada de eso y sabía que era necesario. El timbre sonó y supuso que era el rubio.

—Hola, Niall.

—Hola, Lou. ¿Cómo estas?

—Bastante bien. ¿Y tú?

—Lo mismo. Te traje algunas frutas y la ropa que me diste para que ponga en la lavadora–dijo tendiendole todo.

—Gracias, Ni, te debo muchas.

—No es nada, chico, estoy para lo que necesites.

Hablaron un poco más, Louis lo invito a pasar, pero el omega le dijo que ya se acababa su turno y tenía que ir a casa con su alfa. Louis le sonrió y fue a picar algunas frutas para después despertar a su bebé para que coma.
...

Se hicieron las siete y el timbre sonó. Louis fue a abrir con Jonathan en brazos, al abrir la puerta vió a Harry y su hijo salto a sus brazos.

—Al-iiiii–dijo el bebé inquieto por ir a los brazos del mayor. Louis estaba obligado a dárselo.

Una vez en los brazos de Harry, Jonathan lo abrazó fuerte, como si no lo hubiera visto hace una semana.

—Hola, cachorro.

—E añe.

—Yo también te extrañe, bebé.

El omega se estaba derritiéndose con aquella escena. Una vez que el bebé se calmo, Louis lo saludo con un beso en los labios y entraron a la sala.

—¿Cómo están, omega?

—Estamos bien, iba a ver que hacer de cenar. ¿Tú como estas, Hazz?

—Estoy bien, un poco cansado por tanto trabajo.

—¿Quieres descansar? Puedo hacer la cena y luego despertarte.

—No, Lou. Lo único que quiero es estar contigo y con John.

Park | l.s (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora