En un mundo que fue cambiado por el surgimiento del depredador perfecto de humanos, una joven es abordada en su casa por un vampiro al que vio cazar en grupo a uno de los salvajes. Es entonces que todo cambia.
Sinopsis:
Un día a Clarissa la abandona...
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◊ ◊ ◊ INVIERNO PERMANENTE ◊ ◊ ◊
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Una vez me contaron una historia de alguien que caminaba sobre la nieve.
El camino por el que esa persona andaba no parecía tener fin, sin embargo, eso en aquel instante no le importaba porque había alguien a su lado y, mientras tomaba su mano, en momentos lo halaba para continuar; nunca se detenían. Ya que él estaba obsesionado con mirar las huellas que aparecían a cada paso que daban hacia delante, casi dejó pasar la mirada que recibía; cuando observó aquellos ojos, eran brillantes, sólo vio inocencia de quien aún no conoce el mundo y no se ha visto desilusionado por él.
Lo importante en todo eso era que ahí, en aquel momento donde la Tierra era fría, seguían sosteniendo su mano. No importaba si el camino duraba para siempre, cubierto de nieve, arraigando el frío al mundo, esa mano seguía ahí, no era cálida porque no estaba en su naturaleza dar tal confort, pero pensar que había alguien dispuesto a ir con él por la vida eterna era suficiente, sabía que valdría la pena soportar ver envejecer al Tiempo.
De eso se trataba la historia, de la nieve, de un camino que no termina y de no estar solo. Más tarde me enteré que existía algo más en esa historia, así que me pregunté: "¿la nieve fue real?, ¿la pusieron ahí para dar más sentido a la historia?" Lo que sé es que todo era sobre el frío, sobre el invierno, uno que es permanente. Se retrataba su presencia como algo malo, algo que no depende de ti, es externo y te afecta, y no puedes dejarlo atrás. Así que aquel que caminaba en compañía, refería al recorrido de una persona por un tipo de vida diferente que tiene que vivir en un mundo así.
Entonces la historia enseñaba dos cosas: existen personas para las que el invierno dura para siempre y, cuando al final de la historia se dice que quien caminaba siguió y siguió andando, con alguien que sostenía su mano y lo instaba a seguir, ello enseñaba sobre la esperanza, de que quizá algún día, si sigue caminando, llegue a una primavera que existe más allá de ellos.
En aquel momento me pregunté cómo sería una primavera para aquellos que viven un invierno sin fin.
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Era sólo yo, nada más había en 'mi mundo'. Ya no conocía lo que era una madre, un padre, hermanos, familia, compañeros, amigos. Se fueron y me olvidaron...no fui con ellos. No avancé como los demás, me quedé aquí, donde estaba segura. No había nada allá afuera que me diera la certeza de que la muerte no encontrará mi camino y lo cortará. Por eso ya no conozco a nadie, no sé si están vivos, si me recuerdan...
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Estar en la ciudad se volvió difícil, muchos pensaron que lo mejor sería ir a otros lugares donde estuvieran a salvo. No sé si tenían razón, pero las personas que se quedaron aún viven. Muchas veces traté de entender la resolución que la mayoría tuvo, sin embargo, nunca la comprendí. Fue una sensación lo que sentí, como si al atravesar el umbral de la puerta con mis maletas corriera peligro, que, si iba y viajaba a otro lado para encontrar un nuevo hogar, terminaría perdida en el mundo y nunca estaría a salvo o segura. Sería como andar por el mar, nadie puede hacerlo, mas, si existiera la posibilidad, un día de tanto caminar en algo tan voluble y cambiante uno sólo puede hundirse en el agua. En la tierra uno no se hunde, uno cae, se levanta y sigue, no se ahoga.
Yo nunca he sabido nadar y jamás he tropezado.
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Ésta ciudad ha cambiado tanto, ya no la reconozco, pero aún siento la protección que da. Ahora aquí a cada momento del día, uno parece atrapado en el ocaso hacia el filo de la noche. Las calles parecen grises y opacas a pesar de los colores variados en las casas, puertas y de los simpáticos letreros de las tiendas, quizás sean como las personas y también están vivos, aunque sin vivir. Las nubes siempre cubren el cielo de forma parcial; las que son grises aparecen cuando hay más sol, las blancas sólo cuando la luz ya no es tan intensa, por esa razón la luminosidad en la ciudad da la impresión de estar siempre a un mismo nivel: tenue para pintar o leer ante una ventana o hacer las actividades diarias sin ninguna molestia, mas es escasa como para evitar permanecer afuera mucho tiempo y temerle a las sombras más profundas y a las que no lo son tanto.
He imaginado alguna vez que esto último va ligado a la principal razón de por qué en su momento mucha gente se fue o escapó de aquí, pues es inherente a las sombras lo que hay allá afuera. La noticia de su existencia fue como un murmullo, sin embargo, fue tan potente como para que aun sin tener evidencias claras, fuera tomada como una verdad inmediata tras la que se debía actuar.
En la calle a simple vista todos son iguales, hacen lo que se debe para sobrevivir. El problema, son 'los otros'. Aquellos que no respetan la vida ni de sus iguales, pero sobre todo están los que no tienen control sobre sí mismos. Aniquilan y desaparecen familias enteras con el fin de alimentarse, desperdician tanta sangre por el placer de su olor y su intempestiva manera de comer al dejarse perder en los instintos que ya no controlan.
Sin embargo, eso fue cuando inició todo.
Ahora el mundo vuelve a parecer normal, hay tranquilidad y, aunque aún no ha pasado tanto tiempo, se ve muy lejana la vida de antes y los recuerdos ya parecen inventados como si nunca hubieran sido. Por ello siento que siempre estuve sola, sin familia, sin nada. Estoy en ese momento en que me pregunto, ¿alguna vez existieron las personas que conocí?, ¿habré imaginado la vida de la que ya poco recuerdo y que cada día se desvanece más en mi mente? Quizás así sea. No hay nadie aquí que pueda responder mis preguntas, ni nada que me dé una certeza.
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Revisión: 13/12/2022 (Estoy revisando luego de ésta fecha, si está leyendo esto vea los cambios publicados)
