Capítulo XI - Al seguir el verano

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Ya que por lo regular la mayoría de las habitaciones comunales estaban ocupadas durante alguna parte del día, ella terminaba cambiándose de un lugar a otro mientras realizaba sus actividades o pasatiempo

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Ya que por lo regular la mayoría de las habitaciones comunales estaban ocupadas durante alguna parte del día, ella terminaba cambiándose de un lugar a otro mientras realizaba sus actividades o pasatiempo. Debido a eso le habían asignado un lugar fijo donde podría pasar todo el día. La habitación que le dieron era la más desocupada de la mansión, el salón de baile.

Ahí el piso era de reluciente mármol color perla, el espacio era inmenso. Al fondo en el rincón derecho había un piano blanco; en ese mismo lado permanecían dos sillones contra la pared. Había varias ventanas que cubrían lo ancho de la pared del fondo, eran altas hasta el techo y redondeadas en el borde superior. En la pared de la izquierda hacia el final se encontraban tres macetas blancas y cuadradas; además en cada esquina había un alto jarrón de piedra gris y café claro, listo para colocar exuberantes arreglos florales. Para ella fue increíble que las ventanas no estuvieran opacadas con cortinas. Incluso si dada la posición de la mansión, nunca entrarían rayos de sol por las ventanas, al menos habría luz clara iluminando el lugar.

Para ella eso era bueno.

Ahora poseía un lugar para estar a parte de su habitación. No lo necesitaba o lo quería tanto en realidad, ella había estado bien con cómo funcionaban las cosas, pero fue lo que decidieron los demás. Y aun así tenía el deseo de no dejar que nadie más entrara en su nuevo lugar, quería que le perteneciera ya que era muy hermoso.

♦ ... ♦

En su tiempo libre ella se había percatado de los dos cazadores visitando la mansión. Le preocupó un poco su presencia por el más joven. En verdad no podía comprender por qué se topaba tanto con ese cazador. Sobre todo, porque sabía que a los cazadores no les gustaban ellos.

A pesar de que una o dos veces había hablado con el cazador aquel, no quería tener algo que ver con gente ajena a su mundo. Era algo que de ningún modo quería que pasara, y se debía a algo más que un simple presentimiento arraigado en su inconsciente, uno que había echado lejos y ahora no había una conexión con eso y ella misma para entenderlo del todo. Además, seguía sin saber o comprender de dónde venían esos presentimientos, por lo tanto, se encontraba con mayor frecuencia evitando prestarles atención al no poder razonarlo. Todavía existían para ella, muchas cosas que no encajaban en su mente.

En fin, sólo esperaba no tener problemas por él.

♦ ... ♦

Lo que hacían era por su seguridad, bien podían dedicarse ellos mismos a eso, pero si las cosas de algún modo se volvían como en el pasado, necesitaban más para mantener su vida. Ya habían probado que sus acciones no eran suficientes. Antes ella se vio involucrada en sus vidas y todo fue mal, por eso harían lo que fuera necesario –y más que eso– para que no tuviera que pasar por algo así de nuevo, ni ellos tampoco. No estaban acostumbrados a la sensación de total desesperanza, no en realidad a pesar de lo que ya han vivido, por eso no quieren volver a sentirla.

Eternidad I, Invierno PermanenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora